Juan Riera Roca
Las encuestas han fallado, o se ha producido para el Partido Popular de Baleares el peor de los resultados previstos. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) acertó de pleno al vaticinar 20 diputados para la formación de José Ramón Bauzá, pero falló al adjudicarle 9 a Ciudadanos, partido que, aunque entra en la escena política, lo hace solo con 2.
Esos 20 más 9 hubieran sido fácil de estirar hasta los 30 de la mayoría en el Parlament, pero la realidad ha sido otra.
El CIS también acertó con el PSOE, que ha obtenido 15 diputados y con Podemos, que ha sacado los 10 esperados. La sorpresa han sido los 3 del PI, que el CIS dejaba fuera.
Pero gracias a los 9 diputados de MÉS la izquierda balear tiene parlamentarios suficientes para un nuevo Pacte de Progrés, que será el tercero, pero que el primero íntegramente de izquierdas. En ausencia de UM no será ni necesario tentar a los escindidos del PP (el PI de Jaume Font) o a los recién llegados de C’s, de Xavier Pericay.
Falta ahora por ver cuáles son los planes de Podemos. El partido que en Baleares lidera Alberto Jarabo no ha dado aún señales, ni ahora, ni aún antes de estas elecciones, de cuáles son sus planes, si simplemente apoyar listas más votadas (no-PP) o entrar en gobiernos de coalición. PSIB y MÉS tienen ya una vieja cultura de pacto y de compartir la mesa del Consell de Govern.
Al otro lado, el PP de José Ramón Bauzá acepta desde el primer momento (es decir, desde la noche del 24, madrugada del 25) que los resultados de su partido suponen una derrota, ya que pese a ser la fuerza más votada en casi todas partes, no podrá gobernar en casi ninguna.
Tras conocerse los resultados José Ramón Bauzá reconoció que para su partido han sido los peores de la historia, tras perder 15 de los 35 escaños de 2011: “Ha sido un resultado malo y aunque se enmarque en un ámbito nacional, es duro y difícil. Asumo todas las responsabilidades y estaré al frente de mi formación».
Aun sabiendo que la mayoría está en manos de ideologías imposibles de combinar con los programas del PP, Bauzá dijo «ahora toca hablar con el resto de partidos». Eso dijo a poco de conocerse los resultados, de lo que añadió que “se tienen que analizar con tranquilidad».
a causa de la abstención Bauzá opinó, eso sí, que el resultado, que les da solo 20 escaños, ha sido en parte por la abstención, aunque insistiendo en que se deben analizar los resultados y «asumir esta decisión (…) Nos preocupa seguir trabajando para que Baleares esté en el mejor de los sitios a nivel nacional e internacional», concluyó.
La victoria-derrota del PP llega a las principales instituciones de las Islas, donde hasta el domingo 24 los ‘populares’ disfrutaban de mayorías absolutas y en algunos casos muy holgadas. En el Consell de Mallorca el PP se queda con 10 consellers, de los 16 que hacen falta para la mayoría. La izquierda también manda allí.
En el Consell de Menorca se da una mayoría de izquierdas con un empate entre el PSOE y MÉS per Menorca. En el Consell de Ibiza, el PSOE y Podemos pueden formar una mayoría absoluta. En el Consell Insular de Formentera Gent per Formentera gana al PP con el logro de 9 de los 17 representantes en liza.
En la mayoría de ayuntamientos los resultados son similares, pese a ser en muchos casos la lista del PP la que obtiene más concejales. Así, pierde Palma, Inca, Calvià, Soller… El PI de Jaume Font se hace con plazas importantes y supone en otras la bisagra necesaria para que el PP siga gobernando o pase a hacerlo la izquierda.
A nivel nacional las circunstancias son similares. Si EL MUNDO o ABC anunciaban a primera hora de la noche del domingo que el PP había “ganado” las elecciones en número de votos y de representantes, los subtítulos de esas ediciones matizaban que las mayorías eran minoritarias y que los pactos serían difíciles.
El portavoz de campaña del PP, Pablo Casado, admitía el lunes tras los primeros análisis más allá de cuantificación de los votos, que donde no se pueda gobernar el resultado “será malo, ya que el PP es un partido de gobierno, no una bisagra», y ha vuelto a apelar a que se permita gobernar a la lista más votada.
A su juicio, lo principal es que el resultado no traiga «ingobernabilidad e inestabilidad a España porque aunque la crisis está encauzada es la principal prioridad y hay que seguir trabajando». Los partidos de izquierda (PSOE y Podemos) no están dispuestos a dejar que gobierne la lista más votada si ésta es la del PP.
Sin cambios previstos Preguntado Casado si el mal resultado puede suponer cambios internos, ha replicado que el PP ya ha ido renovando sus estructuras y que ahora afronta las generales con «humildad» y habiendo comprendido el mensaje de que habrá autonomías y ayuntamientos más plurales y que el consenso será fundamental.
Sin embargo, cree que en el Congreso eso no sería nuevo: De 11 legislaturas democráticas en 7 han hecho falta pactos y el PP ha sabido pactar.
«No nos da miedo el nuevo panorama, queremos que haya estabilidad, gobernabilidad y capacidad de hacer gobiernos de la mayoría, y espero que la izquierda esté a la altura” Casado recordaba que, pese a la crisis económica, el PP sigue siendo primera fuerza en 40 capitales de provincia y el partido más votado en 27 provincias y en 9 de las 13 comunidades autónomas. Y añadió, de cara a las elecciones generales, que el resultado de municipales no suele trasladarse directamente.
Para hacer énfasis en ese análisis puso como ejemplo la victoria por escaso margen del PP en las municipales de 1999 y su amplia mayoría absoluta en el Congreso un año después.
Eso sí, Casado dijo que tras el 24M se «desvanece la dicotomía entre lo viejo y lo nuevo, arriba y abajo y el fin de la izquierda y la derecha».
Basa esa afirmación en que empiecen a vislumbrarse «bloques de izquierda» y que parezca claro que Podemos va a apoyar a los socialistas en las CCAA y Ayuntamientos donde se puedan formar mayorías, cuando hace un año el PSOE era tan ‘casta’ a batir por la ‘nueva izquierda’ de Pablo Iglesias como el PP.