¿Por qué el paciente de una enfermedad mental no puede ser tratado como el de cualquier otra enfermedad en lo que respecta a su libertad de movimientos, siempre de acuerdo a su caso particular y en colaboración con los profesionales sanitarios que velan por su seguridad? En el Hospital Comarcal de Inca el equipo del doctor Pablo Tobajas se ha decidido a ‘abrir’ las puertas del ‘nido del cuco’ y a reducir las horas de aislamiento de estos pacientes, permitiéndoles que compartan las áreas hospitalarias con el resto de pacientes. Los efectos han sido ya positivos.
No solo se desestigmatiza la enfermedad mental, con un aumento de los ingresos voluntarios –frenados antes en parte precisamente a causa de ese ‘apartheid’ que suponía asumir el aislamiento –sino que además se prepara mejor al paciente para su regreso a la comunidad una vez curado.
El Servicio de Psiquiatría del Hospital Comarcal de Inca (HCIN) ha desarrollado un nuevo modelo asistencial con la activación de la Unidad de Hospitalización Breve, cuyo objetivo principal es esa desestigmatización de los pacientes psiquiátricos que requieren un ingreso hospitalario.
Uno de los elementos de este nuevo modelo es un régimen de puertas abiertas, de 09.00 a 21.00 en dicha Unidad. Tras seis meses, una encuesta en la que han participado los tres colectivos implicados directamente (profesionales, pacientes y sus familiares) señala un alto grado de satisfacción.
La apertura de esta Unidad ha tenido por objetivo mejorar y modernizar los criterios asistenciales para favorecer y hacer progresar la normalización del ingreso hospitalario de los pacientes con alguna enfermedad mental, evitando la estigmatización de este tipo de patologías y sus pacientes.
Se ha adoptado esta medida para reducir el malestar y la tensión que produce a los pacientes quedar internados en un espacio cerrado, sabedores de que sufren una enfermedad que en ocasiones la sociedad no acepta o contempla como cualquier otro problema médico o quirúrgico.
El Servicio de Psiquiatría, dirigido por el Dr. Pablo Tobajas, valora que este cambio redundará a medio plazo en el logro de un mejor clima terapéutico en la Unidad de Hospitalización Breve, tanto en lo que se refiere a la estancia de los pacientes como en desempeño de trabajo de los profesionales.
La encuesta de valoración confirma este planteamiento, ya que los resultados indican un grado muy alto de satisfacción global: en una escala del 1 al 5 los pacientes le otorgan una puntuación de 4,09 y los familiares, de 4,17. Los profesionales son los que conceden la puntuación más alta (4,29).
De la encuesta se desprende también que se valora positivamente una de las consecuencias de este programa, como que los pacientes pongan menos reparos para ingresar, en lo que coinciden los tres colectivos encuestados con sus menciones positivas.
Los pacientes aprecian la apertura de puertas en una unidad de psiquiatría como una medida que mayormente manifiestan que “no me habría imaginado”. Sin embargo, expresan que influye de forma positiva sobre su grado de ansiedad, comportamiento y estado de ánimo.
Los profesionales valoran incorporar nuevos modelos asistenciales y observan más aceptación de los ingresos voluntarios.
Los familiares, aun con cierto temor por la seguridad, coinciden en apreciar un impacto favorable en el estado anímico de los pacientes.
Este proyecto se ha ido implementando de forma progresiva: el proceso comenzó con unas primeras salidas de los pacientes por el espacio que rodea el recinto del Hospital acompañados por profesionales del Servicio. Posteriormente se abrió una sola puerta y a continuación la segunda.
Todo ello supuso que los pacientes dispusiesen de un área muy amplia, ya que el pasillo de la Unidad quedó comunicado con la zona del Hospital de Día de Psiquiatría. Asimismo, el horario de apertura se fue estableciendo y ampliando paulatinamente, a lo largo de un mes y medio.
El proceso, que ha culminado con la consecución de la Unidad de Hospitalización Breve abierta, no ha implicado ningún cambio en las normas ni en la dinámica del Servicio, ya que los pacientes continúan haciendo las mismas actividades terapéuticas establecidas hasta el momento.
Todo sigue, en ese sentido, igual que cuando estaban sometidos a un régimen cerrado.
El programa supone una evolución en la atención de los pacientes con alguna discapacidad mental. El propósito es que este tipo de enfermedades se atienda en condiciones similares a las de otros pacientes.
Con este aumento de la libertad de movimientos y limitación de los periodos en régimen cerrado no solo se evita la estigmatización en el periodo hospitalario sino que se contribuye a la rehabilitación y reinserción de los pacientes en la comunidad una vez superada su crisis de salud mental.
Esta iniciativa se enmarca dentro de las actuaciones que viene implementando el Servicio de Salud en el Sector Sanitario de Tramuntana, cuyo objeto es liderar la eliminación de las barreras físicas y sociales que condicionan e impiden la normalización e inserción de personas con estas enfermedades.