No hay comentarios

Le Senne y Salut i Força

Dr. Fco. Javier
Alarcón de
Alcaraz.
Médico-Forense.
Especialista en
Medicina Legal.
@Alarconforense
La noticia sanitaria de la semana nos llega desde la presidencia del todavía a estas horas presidente del Parlament balear, del Sr. Le Senne. Su auto-expulsión haciendo el panoli rompiendo unas fotos de la historia violenta de la guerra civil española, “rasgando” -como han escrito algunos medios- una foto de la comunista Aurora Picornell, señora a su vez del asesino anarco-comunista Heriberto Quiñones, merece una columna por razones de salud pública.

Contagiarse de la violencia de los que utilizan la memoria de un fragmento de la historia para revisionarla y llamar -por ejemplo- asesinos a los que mataban sistemáticamente dentro de la suspensión de cualquier legalidad propia de un estado de guerra, es de primero de epidemiología. En guerra no solo es difícil establecer razones, es que no existen. Si cada uno tiene violentamente las suyas, quien vence es -el que matando más- la argumenta y la escribe después a su favor.

De ahí que ante la sospecha de un ambiente enrarecido en aquel momento, intuyendo por donde iba a ir aquella infección crónica guerra-civilista del Parlament aquel día en que se discutía la ley de memoria, el presidente no estuviera a la altura de Paracuellos. Hubiera sido mejor quitarse la americana y que -tras la exposición de las víctimas de un bando- aparecieran el resto de las víctimas en ese pectoral de machote hoy abatido. Ya no se sabe como afrontar las batallas y solo por eso merece irse a la calle.

La dimisión del Voxero Le Senne es una dimisión saludable, de ahí que no haya entendido la tentación de cometerla. Su renuncia, la suspensión de sus funciones o su cese serían una gran noticia para la salud cardíaca de nuestras combativas señorías.

La tensión arterial requiere, además, que el otro bando, el periodismo de salón (que acaba curiosamente adquirido por los grupos parlamentarios de los que informan a sueldo muy superior del que cobran por informar) vaya normalizando su salud mental, que vaya tomando posiciones para enfrentarse a un diario de sesiones donde pasen cosas saludables, tales como que nunca pasa nada.
La novedad de esas dimisiones no llegadas es que hasta ahora la metástasis que acababa con tu vida parlamentaria llegaban a través del pasado, provenían de alguna gestión choricera previa que terminaba poniéndote entre las cuerdas de la diosa Justicia. En ésta, lo que se ha hecho es llegar al auto de un juicio oral por un delito de odio -curisamente- en el lugar donde se concentra más odio por centímetro cuadrado.

Dilucidar ese veneno -el odio del odio- es la principal razón que se nos ocurre para que el fiscal del caso entienda en esa conducta una consecuencia más de esa pobre vida, de esa inútil existencia civil siempre en guerra. Hablan de memoria histórica cuando deberían hablar de memorizar sus historias, del método para que el ciudadano no las olvide a la hora de ir a votar.
El único tratamiento que le queda es sustituir el diario de sesiones por éste. Lo va a necesitar.

Publicaciones recientes
local_offerEtiquetas: forense

Publicaciones recientes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.