Los perros pueden olfatear 'Clostridium difficile', el agente infeccioso que es responsable de muchas de los temidas «infecciones hospitalarias» en muestras de heces e incluso en el aire que rodea a los pacientes en el hospital con un grado muy alto de precisión, según un estudio publicado este jueves en 'British Medical Journal'. Los resultados respaldan estudios anteriores de perros detectores de diversos tipos de cáncer y podría ayudar a prevenir brotes de 'C. difficile', resaltan los investigadores. La infección por 'C. difficile' se presenta más comúnmente en las personas mayores que han sido tratados con antibióticos en el hospital, pero también puede comenzar en la comunidad, especialmente en los hogares de cuidado de personas mayores y los síntomas pueden ir desde una diarrea leve hasta una inflamación potencialmente mortal del intestino.
Los investigadores investigaron en los Países Bajos si un perro puede ser entrenado para detectar 'C. difficile'. Así, un instructor profesional entrenó a un beagle macho de dos años de edad, llamado Cliff, para identificar 'C. difficile' en heces y en los pacientes con la infección por 'C. Difficile', señalando la presencia del olor específico mediante la acción de sentado o acostado. Después de dos meses de entrenamiento, se probaron formalmente las habilidades de detección del perro en 50 muestras de heces positivas por 'C. difficile' y 50 negativas. Cliff identificó correctamente las 50 muestras positivas y 47 de 50 muestras negativas, lo que equivale al cien por cien de sensibilidad (mide la proporción de positivos correctamente identificados) y al 94 por ciento de especificidad (mide la proporción de negativos correctamente identificados), según los expertos.
Entonces, se llevó al perro a dos salas del hospital para poner a prueba sus habilidades de detección en los pacientes e identificó correctamente 25 de los 30 casos (sensibilidad del 83 por ciento) y 265 de los 270 controles negativos (especificidad del 98 por ciento). Los investigadores destacan que el perro fue rápido y eficiente en la selección de una sala de hospital completa con deteción de la presencia de los pacientes con infección por 'C. difficile' en menos de 10 minutos. No obstante, los investigadores apuntan a algunas limitaciones del estudio, como la imprevisibilidad de la utilización de un animal como herramienta de diagnóstico y las posibilidades de infecciones que se extienden a través del perro. Pero aseguran que su estudio demuestra que un perro puede ser entrenado para identificar la infección por 'C. difficile' con un alto grado de precisión, tanto en muestras de heces y en pacientes hospitalizados.