Investigadores de la Unidad de Metabolómica de CIC bioGUNE, liderados por la doctora María Luz Martínez Chantar, han desvelado que la proteína LKB1, que se ha identificado en oncología como inhibidor del desarrollo de tumores como, por ejemplo, el de mama, el de pulmón o el de cuello uterino, produce un efecto adverso en el caso del carcinoma hepatocelular (CHC), induciendo en algunos casos la transformación maligna del mismo en ensayos con ratones. En un comunicado, fuentes del CIC bioGUNE han señalado que el estudio, publicado recientemente, ha desvelado un mecanismo molecular, «hasta ahora desconocido», implicado en el desarrollo del CHC al comprobar cómo la malignidad de esa enfermedad puede estar relacionada con la alta actividad de una proteína denominada Quinasa Hepática B1 (LKB1).
La doctora Martínez Chantar ha explicado que la proteína LKB1 en el ámbito oncológico actúa en general inhibiendo el desarrollo de tumores, pero, a diferencia de lo que sucede en estos casos, en los carcinomas hepatocelulares la activación de la proteína LKB1 «estimularía la rutas oncogénica denominada RAS, que activa genes y proteínas implicados en la proliferación descontrolada de las células hepáticas, produciendo el tumor». Además, la investigación de CIC bioGUNE asocia la presencia de esta proteína, sus niveles de expresión, con tumores de mal pronóstico. El carcinoma es responsable del 90 por ciento de los cánceres del hígado, es el quinto cáncer más frecuente en el mundo y la tercera causa de muerte por cáncer después del de pulmón y del gástrico. Las opciones de tratamiento oncológico convencional son limitadas en el CHC, ya que es un tumor muy quimiorresistente, que se desarrolla habitualmente sobre un hígado aquejado de cirrosis.