En realidad, no se erraba demasiado. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es propia de fumadores. Es lo que suele pasar si el cáncer no llega antes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la EPOC se caracteriza por un bloqueo persistente del flujo de aire. Se trata de una enfermedad subdiagnosticada y potencialmente mortal que altera la respiración normal y no es reversible.
Los términos bronquitis crónica y enfisema están obsoletos, quedando englobados en el diagnóstico de EPOC.
Los síntomas más frecuentes de la EPOC son la disnea (falta de aire), la expectoración anormal y la tos crónica.
A medida que la enfermedad empeora, pueden hacerse muy difíciles actividades cotidianas como subir unos cuantos escalones o llevar una maleta. Los pulmones, inflamados, no caben en la caja torácica y el aire que cabe en ellos es insuficiente.
La presencia de EPOC se confirma con una prueba diagnóstica, llamada espirometría, que mide la cantidad y la velocidad del aire inspirado y espirado. Como tiene una evolución lenta, generalmente se diagnostica en personas de 40 años o más. En noviembre el Día Mundial de la EPOC ha buscado concienciar sobre la necesidad de prevenir, de no fumar.
La EPOC –recuerdan los especialistas –no se cura, aunque es esencial dejar de fumar para prevenir el empeoramiento.
Existen varios tratamientos que pueden ayudar a controlar sus síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, los medicamentos broncodilatadores pueden mejorar la disnea, recuerdan desde la OMS.
CADA VEZ MÁS MUJERES.
Antes, la EPOC era más frecuente en el sexo masculino, pero debido al aumento del consumo de tabaco entre las mujeres y al mayor riesgo de exposición a la contaminación del aire de interiores (por combustibles sólidos en la cocina y la calefacción) entre las mujeres de los países de bajos ingresos, en la actualidad afecta casi por igual a ambos sexos.
Más del 90% de las muertes por EPOC se producen en los países de bajos y medianos ingresos, donde no siempre se ponen en práctica o son accesibles las estrategias eficaces de prevención y control. Ya que, si bien no se acaba de curar, es prevenible y en cierto modo se puede ralentizar su progresión.
La principal causa de la EPOC es el humo del tabaco (fumadores activos y pasivos).
Otros factores de riesgo son la contaminación del aire de interiores (por ejemplo, la derivada de la utilización de combustibles sólidos en la cocina y la calefacción); la contaminación del aire exterior; la exposición laboral a polvos y productos químicos irritantes y gases).
También es un factor de riesgo a tener en cuenta que se hayan producido infecciones repetidas de las vías respiratorias inferiores en la infancia, de modo que en los casos en los que los padres detecten la presencia de la estas patologías en sus hijos pequeños e infantes es conveniente que consulten con el pediatra.
La lucha contra la EPOC forma parte de las actividades generales de prevención y control de las enfermedades no transmisibles que lleva a cabo la Organización Mundial de la Salud, cuyos objetivos son aumentar la sensibilización acerca de la epidemia mundial de enfermedades crónicas.
AMBIENTES SALUDABLES.
También se pretende crear ambientes más saludables, sobre todo para las poblaciones pobres y desfavorecidas; reducir los factores de riesgo comunes de las enfermedades no transmisibles, tales como el consumo de tabaco, las dietas malsanas y la inactividad física y con todo ello prevenir las muertes prematuras y las discapacidades evitables.
El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco es una respuesta a la mundialización de la epidemia de tabaquismo y tiene por objetivo proteger a miles de millones de personas de la exposición nociva al humo del tabaco.
Es el primer tratado sanitario mundial que ha negociado la OMS y ha sido ratificado ya por más de 180 países.
La EPOC altera la respiración normal y es potencialmente mortal. Es más que la «tos del fumador». En 2012 murieron por esta causa más de 3 millones de personas, lo cual representa un 6% de todas las muertes registradas ese año. Más del 90% de las muertes por EPOC se producen en países de bajos y medianos ingresos.
Hay dos formas principales de EPOC: la bronquitis crónica, que implica una tos prolongada con moco; el enfisema, que implica un daño a los pulmones con el tiempo. La mayoría de las personas con EPOC tienen una combinación de ambas afecciones y ya la medicina generaliza al mencionar la enfermedad sin hacer esas distinciones.
Los síntomas de la EPOC incluyen tos con o sin flema, fatiga, sufrir muchas infecciones respiratorias, dificultad respiratoria (disnea) que empeora con actividad leve, dificultad para tomar aire, silbidos. Dado que los síntomas de EPOC se presentan lentamente, es posible que algunas personas no sepan que tienen la enfermedad hasta pasado un tiempo.
LA ESPIROMETRÍA.
El mejor examen para determinar que se ha desarrollado una EPOC es una prueba de la función pulmonar llamada espirometría, consistente en soplar con tanta fuerza como se pueda dentro de una máquina pequeña que evalúa la capacidad pulmonar. Los resultados se pueden analizar inmediatamente.
Algunos pacientes pueden necesitar que les hagan un examen de sangre, llamado gasometría arterial, para medir las cantidades de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre. Otros medios diagnósticos, como los radiológicos, pueden dar falsos negativos, por lo que los especialistas recomiendan un examen a fondo y la espirometía.
No hay ninguna cura para la EPOC, es decir, un tratamiento que de tener éxito elimine la enfermedad en la persona que ya la ha contraído, pero hay muchas medidas que se pueden tomar para aliviar los síntomas e impedir que la enfermedad empeore, lo que en edades avanzadas puede condicionar mucho la calidad de vida.
La mejor manera de reducir el daño pulmonar es dejar de fumar. Ya. Sin último cigarrillo.
Ninguna terapia es efectiva si no se abandona el tabaco.
La mejor forma de prevenir la EPOC (y el cáncer de pulmón) es dejar de fumar. Los medicamentos disponibles para paliar la EPOC son poco efectivos si no se deja de fumar.
Los medicamentos empleados para tratar la EPOC, recuerdan los especialistas médicos, abarcan inhaladores (broncodilatadores) para ayudar a abrir las vías respiratorias; esteroides inhalados u orales para reducir la inflamación pulmonar. Antinflamatorios para reducir la hinchazón en las vías respiratorias.
MEDICAMENTOS AGRESIVOS.
En casos graves o durante reagudizaciones, es posible que sea necesario tratar al paciente con esteroides por vía oral o a través de una vena (por vía intravenosa), broncodilatadores a través de un nebulizador, oxigenoterapia y/o asistencia durante la respiración desde un máquina (a través de una máscara, BiPAP o sonda endotraqueal).
El médico puede recetar antibióticos durante las reagudizaciones de los síntomas, porque las infecciones pueden empeorar la EPOC, aunque la enfermedad pulmonar obstructiva crónica no la produce un germen, sino el humo del tabaco que destruye el pulmón.
Los antibióticos solo se deben tomar si hay infección y bajo estricta prescripción médica.
La oxigenoterapia en el hogar se puede necesitar si usted tiene un nivel bajo de oxígeno en la sangre. La rehabilitación pulmonar no cura la EPOC, pero puede enseñarle a inhalar de una manera diferente de forma tal que pueda permanecer activo. Es posible además tomar medidas todos los días para evitar que la EPOC empeore: Caminar aumenta la fuerza, siempre bajo control médico; evitar el aire muy frío; asegurar que nadie fume en su entorno; eliminar el humo de la chimenea y otros irritantes; consumir alimentos saludables como pescado, carne de aves o carne roja, frutas y verduras, manteniendo el peso ideal, si es necesario aconsejado por un profesional.
Hay cirugía para tratar la EPOC, pero sólo unos pocos pacientes se benefician de estos tratamientos quirúrgicos: La cirugía para extirpar partes del pulmón afectado, la cual puede ayudar a que otras áreas no tan afectadas funcionen mejor en algunos pacientes con enfisema. En algunos casos graves se estudia el trasplante de pulmón.
COMPLICACIONES GRAVES.
Posibles complicaciones de la EPOC pueden ser arritmias cardíacas, insuficiencia cardíaca derecha o cor pulmonale (inflamación del corazón e insuficiencia cardíaca debido a enfermedad pulmonar crónica), neumonía, neumotórax, pérdida considerable de peso y desnutrición, osteoporosis, debilidad.
La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) ha presentado el programa EPOCA para la prestación del servicio de prevención y control de la EPOC en las farmacias. Se trata del tercer programa de capacitación que ha desarrollado SEFAC en un servicio profesional farmacéutico.
Esta iniciativa está dirigida a farmacéuticos comunitarios de toda España y cuenta con el aval de las sociedades médicas de atención primaria Semergen, Semfyc, Semg, la de Neumología y Cirugía Torácica, SEPAR, y la colaboración de Boehringer Ingelheim. El farmacéutico es el gran aliado de la salud, por su proximidad, e inmediatez.
El objetivo del programa, en el que los interesados pueden matricularse a través de www.campussefac.org, es formar y capacitar al farmacéutico comunitario en el abordaje de la EPOC y mejorar la atención prestada a los pacientes mediante el fomento de la adherencia a sus tratamientos farmacológicos y el adiestramiento en el manejo de los inhaladores.
Además, EPOCA quiere servir para lograr una mayor coordinación y colaboración de los farmacéuticos comunitarios con los médicos en el abordaje de la EPOC. La EPOC es una enfermedad que padecen más de dos millones de personas en España, es la cuarta causa de muerte y tiene un alto infradiagnóstico (superior al 70 %).
Solo un 9 % de los pacientes conoce bien la técnica de uso de los inhaladores. Según Jesús C. Gómez, presidente de Sefac, «la puesta en marcha de un servicio como este es una gran oportunidad para que los farmacéuticos comunitarios contribuyan decisivamente con los médicos para reducir el infradiagnóstico y evitar el progreso de la enfermedad»