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“El gran reto de la sanidad es adaptar los servicios a la nueva realidad de una población envejecida”

NACHO GARCÍA PINEDA, DIRECTOR ASISTENCIAL DEL SERVEI DE SALUT DE LES ILLES BALEARS
NACHO GARCÍA PINEDA, DIRECTOR ASISTENCIAL DEL SERVEI DE SALUT DE LES ILLES BALEARS
Nacho García Pineda, quien ocupó el cargo de gerente de Atención Primaria hace dos legislaturas, durante el segundo mandato del socialista Francesc Antich, se ha reincorporado a la gestión sanitaria para desarrollar la función de director asistencial del Servei de Salut. El doctor García es médico de Atención Primaria y cuenta con un máster en dirección de sistemas sanitarios, además de ser especialista universitario en emergencias y catástrofes.

P.- Esta es su segunda experiencia en un cargo de gestión en la administración autonómica, siempre vinculado a la política sanitaria. Esta nueva etapa, ¿la ha acogido con mayor o menor ilusión que la anterior?

R.- Fíjese, que, en mi opinión, la ilusión que siento es todavía mayor. La vida da muchas vueltas y cuando algún día regrese a mi consulta de Atención Primaria quiero encontrarme un servicio mejor que el que existe ahora. Cuento con la circunstancia favorable de que ahora conozco mejor el sistema y todos los aspectos que lleva implícitos la gestión en el ámbito de la sanidad, y mi intención es aportar mi grano de arena en ese proceso de mejora del que le hablaba.

P.- En este sentido, haber tenido la oportunidad de conocer la administración sanitaria por dentro, ¿supone una ventaja o un inconveninte?

R.- Bajo mi punto de vista conocer dónde trabajas es siempre una garantía para hacer las cosas mejor, ya que estás al tanto de las dificultades que te podrás encontrar. A partir de aquí, uno ha de aplicar su propio criterio, desde la seguridad de que nunca las decisiones que se tomen gustarán a todo el mundo.

P.- Cuáles son las principales competencias del director asistencial del Servei de Salut de les Illes Balears?

R.- El cometido fundamental del departamento que dirijo es asegurarse de que los ciudadanos reciben unas prestaciones sanitarias de calidad en cada uno de los ámbitos posibles, ya sea los centros hospitalarios, los equipamientos de Atención Primaria o las consultas especializadas. Y, lógicamente, en esta labor, hay que incluir las prestaciones relativas a la salud mental y la asistencia sociosanitaria.

P.- Con vistas a estos tres años y medio que restan por delante de legislatura, ¿cuáles son los objetivos y expectativas que usted y su equipo se han trazado?

R.- El proyecto que hemos diseñado y que iremos desarrollando progresivamente durante estos próximos años parte de una premisa: la población que vive ahora mismo en nuestras islas no es la misma que había hace 25 años. Por una parte, es una población más envejecida, y debido a ello y a otras circunstancias, es una sociedad con un importante problema de cronicidad. Es decir, con un alto número de pacientes que precisan cuidados estables a largo plazo para tratar las patologías que les afectan. En cambio, las infraestructuras médicas y asistenciales que existen se hallan preparadas, fundamentalmente, para acoger a pacientes agudos. El reto, en este sentido, es adaptar estos equipamientos a una nueva realidad.

P.- ¿Cuáles son las necesidades más acuciantes que ha podido detectar en la sanidad pública balear a lo largo de los meses que lleva ocupando el cargo?

R.- Retomando mi contestación anterior, existen dos grandes pilares en los que hay centrar la política asistencial. Por una parte, y vuelvo a insistir en ello, la cronicidad. La finalidad es prestar una atención médica y sociosanitaria satisfactoria a todos los pacientes crónicos que hay en Baleares, y que a raíz del envejecimiento poblacional han crecido significativamente en estas últimas décadas. Y el segundo gran pilar es la Atención Primaria, un ámbito que conozco bien por mi profesión como médico de familia. Sin lugar a dudas, la Atención Primaria no solo es la puerta de entrada al edificio sanitario, sino que, además, es el eslabón imprescindible que permite que el sistema de salud resulte sostenible.

P.- ¿Considera que los estándares de calidad de la sanidad balear alcanzan una nota destacable, sobre todo en comparación con otros territorios de semejantes características?

R.- Cada territorio contiene sus peculiaridades, y hay que admitir que, en España, hay Comunidades Autónomas en que determinados aspectos de la asistencia sanitaria se hallan mejor planteados que en Baleares. Sin ir más lejos, el País Vasco o Asturias han implantado una estrategia de cronicidad que constituye un referente a nivel nacional. En cambio, en Baleares, nos hemos centrado en otras prioridades. Hay que tener en cuenta que vivimos en un archipiélago que, dada su insularidad, ha necesitado buscar alternativas a esta realidad territorialidad, favoreciendo la integración y batallando contra el aislacionismo.

P.- La crisis económica, que tanto sufrimiento ha causado por múltiples razones, también ha afectado a la sanidad. ¿Cree que los efectos de la crisis han afectado la calidad asistencial en el caso de Baleares?

R.- No diría tanto la calidad, porque afortunadamente la sanidad pública en las islas cuenta con unos profesionales de primer nivel que han sabido capear el temporal y mantener el nivel de eficiencia más que dignamente. Sin embargo, los estudios demuestran que la satisfacción del usuario en relación a su experiencia como paciente en los diferentes equipamientos médicos y hospitalarios ha descendido. Y ese descenso ha coincidido con la época de la crisis, y con las decisiones políticas que la crisis ha conllevado en forma de redistribuciones presupuestarias a las que la sanidad no ha sido ajena. Esa es una realidad que no podemos negar y sobre la que debemos trabajar para transformarla.

P.- Desde determinados sectores políticos y de opinión se afirma que, precisamente a consecuencia de la crisis y de las disminuciones presupuestarias, la sanidad pública ha dejado de ser, al menos hasta cierto punto, gratuita y universal. ¿Coincide con este punto de vista?

R.- Ciertamente, durante estos últimos cuatro años se han recortado derechos sanitarios en Baleares. Eso es una evidencia. Basta recordar que en esta pasada legislatura autonómica se aplicaron medidas como la retirada de la tarjeta médica a los ciudadanos en situación administrativa irregular, la imposición del copago a los pensionistas o el abono de la tarjeta sanitaria. Todas estas situaciones suponen trabas para la entrada en el sistema de salud y, en consecuencia, suponen un recorte de los derechos que repercute directamente en la calidad de la atención sanitaria. En estos últimos meses algunos de estos derechos ya han sido recuperados, pero hay que insistir en este camino.

P.- En este inicio de legislatura, el Govern ha denunciado la situación verdaderamente acuciante de las listas de espera en la sanidad pública. ¿Cuáles son las claves para revertir este problema?

R.- Es cierto que nos hemos encontrado con unas listas de espera inaceptables, y no solo por el número de personas que hay en ellas, sino por la gran cantidad de tiempo que se ven obligados a aguardar su turno. Hemos puesto en marcha las medidas que, con el tiempo, permitirán mejorar esta situación para que nadie espere más de 180 días a la hora de someterse a una intervención quirúrgica, ni más de 60 para acudir a una consulta especializada. Este es, ni más ni menos que un objetivo crucial de esta legislatura.

P.- Pocas personas más indicadas que usted para contestar a la pregunta siguiente: ¿cuál es la situación de la Atención Primaria, ahora mismo, en Baleares?

R.- En este ámbito se respira una gran ilusión, porque tenemos en nuestra mano la oportunidad de recuperar el modelo de Atención Primaria que había antes, aumentando las inversiones y respondiendo mejor a las necesidades de los ciudadanos. El primer nivel asistencial tiene la suerte de contar con la aportación de médicos, enfermeras y pediatras de una excelente calidad profesional y que estos últimos años han debido desempeñar su labor en unas condiciones extraordinariamente duras. Ahora se trata de ayudarles a obtener más recursos para que el esfuerzo que tengan que acometer se centre sobre todo en el paciente, y no en problemas de medios o de operatividad.

P.- En relación a la Atención Primaria, el Govern acaba de dar vía libre a la ampliación de los horarios para que los usuarios puedan acudir a los centros de salud también en horario de tarde. Sin embargo, la medida está chocando con la oposición de algunos sectores. ¿Es una apuesta de riesgo?

R.- Siempre digo que todo cambio implica una resistencia. En el Servei de Salut, hemos escuchado a los profesionales de Atención Primaria, porque somos conscientes de que una medida de estas características no puede arbitrarse sin contar con sus opiniones y su visión de la situación. En cualquier caso, tras escuchar a todas las partes, estamos convencidos de que hemos acertado con la ampliación de horarios, porque gracias a ella se mejorará notablemente la accesibilidad de los pacientes a Atención Primaria.

P.- ¿Ha sido esta, por cierto, una petición expresa de la presidenta del Govern?

R.- La verdad es que no ha sido tanto una petición de la presidenta como de los propios ciudadanos. En todo caso, la presidenta lo que ha hecho ha sido recoger esta petición y cumplir un compromiso que formaba parte de su programa electoral. Cabe recordar que en julio de 2012 numerosos colectivos se movilizaron para crear la plataforma en defensa de la Atencion Primaria, desde la convicción de que los recortes que se estaban produciendo resultaban inasumibles.

P.- Cada vez que usted y los miembros de su equipo tienen ocasión se desplazan a Menorca, Eivissa i Formentera para resolver las necesidades de estas áreas sanitarias. En un reciente viaje en el que participó la presidenta del Govern se reunieron con profesionales y asociaciones de esas islas. ¿Cuáles fueron los resultados concretos de ese encuentro?

R.- Básicamente, queríamos conocer de primera mano las prioridades a nivel asistencial de boca de los profesionales y de las asociaciones de pacientes, porque son quienes mejor conocen el terreno. La realidad es que detectamos bastantes déficits, muchos de ellos relacionados con el sacrificio que supone para los pacientes de Menorca y las Pitiusas trasladarse a Mallorca. El objetivo de este Govern es que siempre que sea factible no deba producirse ningún traslado y que el usuario reciba asistencia en la isla donde reside habitualmente. Y en caso de que el desplazamiento deba efectuarse que se realice en las mejores condiciones posibles.

P.- Al hilo de esto que usted comenta, la presidenta del Govern anunció la creación de una residencia de pacientes en Son Espases…

R.- Estamos ilusionados con este proyecto, porque se trata de mitigar el sufrimiento de estas personas, tanto a nivel psicológico y emocional como económico, ya que no hay que olvidar que trasladarse a Mallorca desde Menorca o las Pitiusas para recibir asistencia médica supone un gran coste. La idea es que Son Espases acoja una especie de hospedería, con ocho habitaciones dobles, de grandes dimensiones. El proyecto exigirá una inversión económica importante, pero es una actuación ineludible que debe acometerse necesariamente. Entretanto, este año, ya hemos mejorado el convenio que mantenemos con la residencia de Can Granada.

P.- Todas estas actuaciones guardan relación con la prioridad de acabar con la dependencia asistencial de las otras islas respecto a Mallorca. ¿Se darán pasos decisivos en este terreno a lo largo de la legislatura?

R.- Esa es la intención, desde luego. En una Comunidad Autónoma como la nuestra, con una situación de insularidad y de doble y triple insularidad, no podemos girar la vista a esta realidad y hemos de crear sinergias que permitan reducir el problema del centralismo sanitario que tan crudamente han venido padeciendo los ciudadanos de Menorca, Eivissa y Formentera.

P.- Como usted comentaba al principio de esta entrevista, uno de los grandes retos de la asistencia sanitaria del siglo XXI es la atención a la cronicidad. De qué manera se puede atender mejor y más eficazmente a los pacientes crónicos en el caso de Baleares?

R.- Contamos ya con un proyecto en marcha en este sentido, e incluso hemos designado a una subdirectora de atención a la cronicidad que trabaja muy directamente con otros coordinadores, uno de ellos vinculado al campo de la salud mental. La estrategia consiste en dividir a la población en diversos estratos para conocer mejor sus necesidades y, al hilo de ello, adaptar los recursos de que disponemos.

P.- Otro de los vértices del nuevo modelo asistencial ha de ser la medicina domiciliaria, que brinda la oportunidad al paciente de recibir atención médica en su propia casa. ¿Esta alternativa contribuye eficazmente a desocupar camas hospitalarias?

R.- En efecto, porque mejora la eficiencia del sistema salud. El objetivo ha de ser prestar los mejores servicios posibles con los recursos que tengamos a mano, y, en este sentido, no solo la medicina domiciliaria, sino también la cirugía ambulatoria constituyen unas opciones plausibles. También las nuevas tecnologías de la comunicación son un referente en términos de mejora de la asistencia médica. Baleares ha sido desde siempre un territorio preferente en este ámbito.

P.- Ya para finalizar, y un poco como conclusión a los diferentes temas que han formado parte de esta entrevista, ¿qué departamento de dirección asistencial le gustaría a usted tener cuando acabe su período al frente de esta área?

R.- Estoy convencido de que los resultados se dejarán notar, y no a tan largo plazo como pudiera parecer. A fuerza de trabajo e ilusión, y contando con la imprescindible implicación de los profesionales, lo lograremos. Por ejemplo, creo que dejaremos atrás un nivel de Atención Primaria de mayor calidad y con mejores medios que el que hemos heredado. Y también pienso que la coordinación entre todos los profesionales, de unos y otros ámbitos, permitirá ahondar en el objetivo común de conseguir para Baleares la mejor sanidad pública posible.

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