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La importancia de la flora intestinal

DRA. ROSELLA MAZZUKA, CODIRECTORA DE LA UNIDAD DE MEDICINA REGENERATIVA CELULAR DE CLÍNICA JUANEDA
DRA. ROSELLA MAZZUKA, CODIRECTORA DE LA UNIDAD DE MEDICINA REGENERATIVA CELULAR DE CLÍNICA JUANEDA
Malas digestiones, cansancio, pérdida de memoria, irritabilidad, insomnio, estreñimiento son sólo algunas de las sintomatologías de no tener equilibrada la flora intestinal. El 80% del sistema inmune se encuentra en el intestino mientras que el 90% de la serotonina y el 60% de la dopamina se forman en el intestino así como otros neurotransmisores. Y la fermentación de bacterias patógenas y cándidas liberan sustancias excitantes que alteran al sistema nervioso. Por eso la flora intestinal tiene un papel fundamental en nuestro estado de salud.

¿Qué es la flora intestinal?

Son seres vivos que viven dentro de nosotros y cohabitan en una forma completamente pacífica, si nuestro sistema inmunológico está funcionando. Está constituida por bacterias buenas (lactobacillus), bacterias malas (clostridium) y por levaduras (cándidas) que viven en perfecta sintonía si están equilibradas y neutralizadas por el sistema inmunológico que se encuentra el 80% en las paredes intestinales.

¿Qué papel tiene en nuestro organismo?

Nuestro organismo a través del sistema inmunológico controla el equilibrio de estas bacterias que se encuentran en el intestino, las cuales tienden a desequilibrarse cuando hacemos una comida errada aumentado la ingesta de azúcares o cuándo se abusa de antibióticos, o simplemente cuando tienes mucho estrés emocional, disminuyendo las defensas, empezando así la fermentación intestinal de todos los patógenos. Estos patógenos son bacterias malas o las cándidas que cuando crecen más de lo normal invaden las paredes intestinales inflamándolas y allí surge el problema de la mala absorción de las vitaminas, minerales y se abren las puertas para que pasen todos los tóxicos tipo: mercurio, aditivos, colorantes, plomo, arsénico, alergizantes, que nos rodean en la vida diaria que son la causa de muchas enfermedades.

¿Qué ocurre cuando hay una inflamación intestinal?

Primero se produce una desnutrición celular, las cándidas atacan las paredes y los clostridium (bacterias malas) producen gases, distensión abdominal, dolores intestinales, estreñimiento o diarreas aunque no siempre se presente este cuadro, comenzando así la mala absorción de vitaminas y minerales y la intoxicación de todo nuestro cuerpo por los tóxicos que ingerimos constantemente (aditivos, colorantes, conservantes, metales pesados). Además las millones de neuronas que llegan a buscar sus neurotrasmisores no llegan a hacerlo correctamente, comenzando así un defecto de comunicación entre cerebro e intestino. Los psiquiatras deberían estudiar primero el intestino y luego el cerebro.

¿Qué consecuencias tenemos si se produce un desequilibrio?

En primer lugar se produce una desnutrición celular. Segundo, todos los productos de la digestión estarán alterados y no vamos a poder digerir el pan ni la leche. Se formaran unas moléculas tóxicas llamadas morfinatos que cuando pasan a la sangre van directamente al cerebro produciendo pérdida de la memoria, cansancio, déficit de concentración y nos volvemos más susceptibles a las alergias y a otros tipos de patologías como: fibromialgia, fatiga crónica, depresiones, trastornos bipolares, MSM, Autismo y problemas autoinmunes. Por la acumulación de metales tóxicos.

¿Se pueden prevenir enfermedades manteniendo equilibrada la flora intestinal?

Sin duda, hoy en día la flora intestinal es considerada un órgano dentro de nuestro cuerpo. El cual controla más de 35000 funciones bioquímicas. Hay una relación entre estos habitantes extraños y toda la parte del sistema inmunológico. El 80% de éste se encuentra en las paredes intestinales, precisamente mandando señales para que las bacterias y las cándidas se mantengan equilibradas. La perfecta sintonía entre la flora intestinal y el sistema inmunológico permite que no nos enfermemos. De lo contrario surgen patologías que van desde una hiperexcitación del sistema inmunológico: patologías autoinmunes, enfermedades diemelinizantes, entre otras; o puedes tener patologías cancerígenas por un bloqueo total del sistema inmune.

¿Cómo cuidar la flora intestinal?

Ver que tipo de alimentos estamos ingiriendo. Por ejemplo, la leche animal es un alimento acidificante, es para que nos entendamos, como echarle alcohol al intestino. Estimula la producción de mucosidades, da alergias, sinusitis… por lo tanto viene desaconsejada ya que por ser ácida desmineraliza y es causa osteoporosis. La universidad de Harvard considera, hoy en día, que el alimento lácteo en general debe de ser eliminado de la pirámide de alimentación. Después tenemos el gluten. El gluten que nos llega hoy en día es neurotóxico, como el pan, y además no se puede dirigir bien porque está manipulado genéticamente y nuestro cuerpo no puede degradar todos los componentes, esto lleva a la formación de unas macromoléculas que pasan a la sangre y te inflaman el sistema nervioso (morfinatos). No necesariamente tienes que ser celiaco para ser intolerante al gluten, el 80% de la población es pseudocelíaco y lo desconoce. Hay pruebas que lo pueden detectar. Hay síntomas como el abdomen hinchado, retención de líquido, no cierro bien las manos… son signos de que hay cierta intolerancia. Por lo tanto, hay que tratar de comer menos trigo y comer más otros tipos de cereales. Hay que saber también como alimentarse a nivel general. Hay muchos vegetales de hojas verdes grandes que es preferible comprarlos de cultivo ecológicos, porque los pesticidas se absorben en estas hojas y causan déficit de oxigenación cerebral. Es recomendable, en lo que se pueda, comer ecológico sobre todo las verduras debido al alto contenido de arsénico de los pesticidas y si se come un animal que sea pequeño ya que no habrá recibido tantas hormonas, en cuanto a la alimentación general tratar de guiarse por el sentido común, leer las etiquetas de los alimentos que ingerimos y evitar aditivos, colorantes y conservantes. También influye el ritmo de vida. Hay que saber manejar el estrés. Todos los problemas y preocupaciones en exceso si no los llegamos a controlar vamos a generar un disminución de nuestro sistema inmune, lo cual producirá una fermentación de la flora patógena intestinal y para evitarlo hay que tratar de leer, hacer actividades que puedan relajar nuestro sistema neurológico, emocional, para que esto no suceda.

¿Qué signos presenta una persona con desequilibrio en la flora intestinal?

Puede sentir manos hinchadas, digestión pesada, abdomen inflamado, gases, ansiedad, palpitaciones, irritabilidad, insomnio, ataques de pánico. Estos últimos síntomas generalmente no vienen considerados pero dependen del intestino y la gente no lo sabe.

¿Qué pasa cuando tenemos un intestino inflamado?

Se forman unos poros en las paredes intestinales que abren las puertas hacia todos los tóxicos: metales pesados, virus, bacterias, alérgenos… todo esto cuando pasa a la sangre produce un gran desequilibrio de todo el sistema inmunológico. Cuando pasan virus, bacterias o metales pesados el sistema inmune no los distingue, se hiperexcita y empieza a mandar anticuerpos. Cuando hay una respuesta inmunológica se liberan muchísimas sustancias inflamatorias del sistema nervioso y se produce excitación e inflamación o estrés oxidativo a nivel celular. Si ese ataque inmunológico va al cerebro vamos a tener una inflamación neuronal que puede lleva a: depresión, crisis de ansiedad, trastorno bipolar. Si tienes un ataque hacia una glándula puede llevar a hipotiroidismo, hipertiroidismo. Toda patología de tipo autoinmune puede ser desencadenada cuando tienes varios factores que están intoxicando tu cuerpo.

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