La doctora Manuela García, especialista en Anestesiología, es la presidenta de la Sociedad Balear de Anestesiología, secretaria de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Médicos de las Islas Baleares y médico anestesista del servicio de Reanimación del Hospital Universitario de Son Espases. En esta entrevista repasa la actualidad de una especialidad apasionante —su objetivo es luchar contra el dolor— que hasta hace poco registraba una carestía de profesionales en las Islas.
P.- Usted preside la Sociedad Balear de Anestesiología
R.- La sociedad, que es científica, agrupa a los anestesiólogos de Baleares. Nos reunimos cuatro veces al año en torno al desarrollo de una actividad científica y para cambiar impresiones, lo que en estas islas es algo difícil. Hemos hecho ya cuatro de estas reuniones, cada vez organizada por un hospital diferente. Los especialistas de cada centro sanitario que organizan la sesión eligen tema y ponente.
P.- Desarrollan, además, una labor formativa.
R.- Así es. Por otro lado ofrecemos una formación a los residentes de nuestra especialidad, que cada mes tienen que venir a dos horas de clase. Estas sesiones formativas se imparten en el Colegio de Médicos. Se trata de ofrecerles una formación basada en el temario catalán, del que luego se examinan. A las mejores notas se les paga un curso de formación en un hospital de España. Otra actividad de la Sociedad es contestar a las asesorías científicas que nos solicitan.
P.- Por ejemplo…
R.- Pues recientemente se nos ha pedido la opinión sobre la sedación con uso de propofol por no anestesiólogos. Es el problema que sufrió Michael Jackson, recientemente fallecido. Nuestra respuesta, basada en la que ha dado una sociedad de superior rango, es que no, que nos oponemos a la sedación por no anestesiólogos.
P.- ¿Son muchos los residentes de esta especialidad en Baleares?
R.- Tres residentes en Son Espases y dos en Son Espases por ciclo, hacen una media de 20 residentes en cómputo de cuatro años.
P.- ¿Sigue siendo negocio ser anestesista? Se lo digo porque hace años había una gran carestía y se buscaban estos especialistas por todas partes, haciendo incluso ofertas que eran respondidas por profesionales de otros países.
R.- En estos momentos, todos los anestesistas que concluyen en Baleares su periodo MIR encuentran trabajo. Sin embargo, no siempre es así en todas partes. Cabría decir que las plantillas de los centros están muy ajustados y que en poco tiempo se jubilará un buen número de profesionales.
P.- La cosa ha mejorado, pues.
R.- El problema es que se amplió mucho el número de plazas MIR. Es cierto que en el pasado hubo problemas y que vinieron a trabajar anestesistas de países como Alemania, que no hablaban catalán, pero ni tan siquiera castellano.
P.- ¿Cuántos anestesistas hay en Baleares?
R.- La Sociedad reúne a unos 200, pero no están todos, que en total serán unos 250. Nosotros procuramos mantener contacto con todos, especialmente con los de Menorca e Ibiza. Precisamente para la próxima reunión vienen de allí, desde donde lo han organizado.
P.- Supongo que velarán además por la idoneidad de la profesión.
R.- Así es. Desde la asociación estuvimos defendiendo que los anestesistas que trabajaran en Baleares tuvieran el título homologado. No era adecuado que se formaran anestesistas que luego se fueran a otros países y aquí tuvieran que trabajar otros que procedieran de lugares de los que no se sabía si tenían la homologación adecuada.
P.- Pasemos a otros temas de actualidad. Recientemente el Gobierno ha aprobado una ley de últimas voluntades que ya tenía su parangón autonómico desde hace años. Un campo en el que los anestesiólogos están muy implicados.
R.- Sí, sobre todo los que trabajamos con críticos. Hay que saber decirle a la familia de un paciente de 89 años, con una septicemia, por poner un ejemplo, hasta donde podemos llegar y hemos de saber no exagerar en los tratamientos. Por eso estas normativas son importantes.
P.- ¿Son fáciles de aplicar las últimas voluntades, en caso de que las haya?
R.- El problema es que por el momento no salen en las historias clínicas estos testamentos vitales, al menos hasta que esté lista del todo la historia clínica informatizada. Debería haber ya algún ítem en las historias y sobre todo dar acceso a esta información a las clínicas privadas. La verdad es que hay un gran desconocimiento social en torno a estos temas. Y lo cierto es que el paciente tiene sus derechos y nosotros, los médicos, la necesidad de conocer si los pacientes han hecho expresión de su deseo de ejercer esos derechos.
P.- Otro de los temas de actualidad es el de las necesidades de las personas con dolor crónico.
R.- En Baleares tenemos la suerte de tener unidades de dolor. La de Son Espases tiene un nivel muy elevado. En pacientes agudos, por ejemplo, se está innovando con las bombas de pca, lo cual mejora mucho el dolor de personas que han pasado por operaciones de prótesis de rodilla, cirugía torácica, etcétera. También en lo que se refiere al dolor crónico, con técnicas invasivas o no. Hay equipos como la estimulación neuroeléctrica, las bombas que reducen contracturas. Y sobre todo, el tener en estas unidades a personas que escuchan al paciente, que les atienden y que van a saber manejar el dolor.
P.- Hablando de dolor hay un tema que sale cíclicamente, como es la idoneidad del uso de cannabis para paliar el dolor.
R.- Recientemente hemos podido escuchar una conferencia al respecto impartida por el doctor Melis, que es un especialista en la materia. Escuchando la charla parece que el uso de estas sustancias puede ser una opción, aunque no puedo manifestarme personalmente al respecto, porque no es mi especialidad.
P.- Usted trabaja en la Unidad de Reanimación del Hospital Universitario de Son Espases.
R.- En este campo se ha avanzado mucho en materia de monitorización. Eso equivale a que con menos invasión del paciente llega una información mayor sobre su evolución. El cambio que se ha registrado en los últimos años ha sido crear esta unidad. Reanimación nació en Son Dureta a finales del los 90. En 12 años la progresión ha sido de 3 camas a de 6 a 8 y ahora en Son Espases, 12 camas. Es óptimo que al paciente al que has dormido en el quirófano vayas luego a continuar despertándolo en reanimación. El médico residente saca de ello grandes enseñanzas. Permite además ver cómo evoluciona y aporta gran entendimiento entre los cirujanos y los anestesiólogos y hacer un seguimiento post operatorio. Para mí, que hago mucho cirugía de obesidad mórbida, eso es muy importante.
P.- Un tipo de paciente que acude muy deteriorado…
R.- No están tan deteriorados o débiles como podría parecer. No es lo mismo una chica de 22 años que viene con una obesidad mórbida que un paciente con 55 años, que probablemente ya tendrá problemas asociados. Las dificultades vienen a la hora de colocar sueros, entubar, ventilar…
P.- Usted es además secretaria de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Médicos de las Islas Baleares, elegida en elecciones hace menos de un año.
R.- El balance de este casi año es positivo. Creo que lo hemos hecho bien. En la nueva junta, excepto su presidente, no habíamos tenido contacto previo con la gestión colegial y tuvimos que adaptarnos, pero lo hemos hecho.
P.- ¿Qué mejoras le satisfacen más?
R.- Hemos avanzado mucho en el desarrollo del Programa de Ayuda Integral al Médico Enfermo (PAIME), con folletos divulgativos, contactos con la Fundación Galatea, de Barcelona y con el Colegio de Médicos de esa ciudad que fue en donde nació el PAIME. Ahora la estructura del programa ya está consolidada. También hemos trabajado en el registro de objetores de conciencia y en el registro de agresiones a médicos.
P.- ¿Son tantas estas agresiones? Se lo pregunto así porque da la impresión de que las cifras oficiales son un poco opacas.
R.- En 2011 llevamos registradas unas 10, incluyéndolas todas, porque hay casos que vienen y se quejan, pero luego, cuando se les ofrece un abogado y se les dice que acudan al Juzgado, prefieren no hacerlo, aunque agradecen mucho esa asesoría legal que para esos casos les prestamos de forma gratuita. De esas 10 agresiones en lo que va de año, 2 han sido físicas y 8 verbales.
P.- Ha hablado de un registro de objetores.
R.- Algo que creo muy importante. Creemos que el Colegio es el órgano que mejor protege al médico en este aspecto. El médico se declara objetor a uno o varios procedimientos y esa información se guarda bajo llave. Luego, en el caso de que tenga que objetar puede solicitar un certificado de que en su momento presentó la objeción, un certificado que solo se le puede dar a él a un juez que lo solicite. No hay muchos médicos que conozcan esta opción, hay que darle difusión.
P.- ¿Y a qué se objeta, a la realización de abortos?
R.- Y a más cosas. Incluso a dar información sobre cómo abortar se puede objetar. O a otros temas, como por ejemplo, el médico que no quiere asumir tener que operar a una persona que rechaza una transfusión de sangre, porque no está preparado para lo que pueda suceder.
P.- Antes hablamos de las fugas de cerebros, de anestesistas en concreto.
R.- Sí. Tenemos que hacer atractivo el trabajo para que los nuevos talentos se queden. Y hay que hacerlo con reconocimientos económicos o científicos, por ejemplo, a través de unidades clínicas de gestión. De ese modo los jóvenes se quedarán y tendrán ganas e ilusión por trabajar.
P.- ¿Qué opina de la facultad de Medicina?
R.- Sí, vendría muy bien, sería un aliciente para mucha gente que sabe y podría hacer carrera en la docencia, pero dada la situación de recortes y crisis, ha de abrirse cuando se pueda.