Médico de familia en el centro de salud ‘es Banyer’, en Alaior, el doctor Juanico ha obtenido la calificación de ‘sobresaliente’ por unanimidad del Tribunal calificador, por su tesis doctoral titulada ‘Los primeros discípulos de Cajal (1884- 1902), anteriores a la creación de su Escuela histológica en 1903. Biografías y trabajos realizados durante este período’.
La tesis es el fruto de diez años de metódica investigación, revisión y consulta de la documentación existente. Jornadas enteras de laboriosas indagaciones en el Archivo Histórico Nacional de Madrid y en los Archivos de las Universidades de Valencia, Barcelona y Madrid.
El trabajo realizado por el doctor Juanico es inédito, dado que no se había recopilado, ni se conocía en el ámbito académico reglado, la actividad docente y de investigación de esta primera etapa. La labor científica desarrollada por el premio Nobel, concretamente la que abarca el período comprendido entre años 1884 a 1902, estaba dispersa y se había resistido a su conocimiento general.
Ramón y Cajal desarrolló su labor, en primer lugar, como catedrático de Anatomía en Valencia, y, posteriormente, como catedrático de Histología y Anatomía Patológica en Barcelona, entre 1892 y 1902.
Más tarde, continuó ejerciendo como catedrático de la misma asignatura y, a partir de 1903, puso los cimientos de la prestigiosa Escuela Histológica Española con la incorporación de su primer discípulo y continuador de su obra, el doctor Jorge Francisco Tello, natural de Alhama de Aragón.
El proyecto de investigación del doctor Antonio Juanico pretende demostrar mediante aportaciones documentales biográficas y trabajos anatomopatológicos realizados por estos primeros discípulos, la tesis de que siempre existió, por parte de Santiago Ramón y Cajal, la voluntad indiscutible de que sus conocimientos se propagasen y se extendiesen a otros investigadores.
Esta actitud constituyó un claro ejemplo de su fervoroso patriotismo científico que culminó en la creación de una Escuela Histológica, que dio cobertura y continuidad a la divulgación de la obra del Premio Nobel entre las siguientes generaciones.
Ramón y Cajal se afanó para crear un grupo de primeros discípulos tanto en Valencia, como en Barcelona y en Madrid, pero no consiguió que este grupo de prestigiosos médicos y biólogos se aglutinaran y constituyeran el núcleo de una Escuela. Habría que esperar hasta 1903 para que esta proyecto diera sus primeros pasos, si bien su actividad fue especialmente longeva, ya que se mantuvo hasta la década final del siglo XX, concretamente hasta 1991.
Los últimos discípulos directos de Ramón y Cajal fueron el doctor Fernando Rodríguez de Castro, fallecido en 1968, el doctor Rafael Lorente de Nó, desaparecido en 1990, y el doctor Galo Leoz Ortín, especializado en Oftalmología y cuya muerte se produjo en 1991. Su óbito dio por concluida la tarea de una institución irrepetible y que dotó de relevancia y reconocimiento mundial a la ciencia médica española.
Discípulos
En la tesis del doctor Juanico se recogen las biografías de cada uno de los discípulos del insigne Nobel, sus trabajos anatomo-patológicos y los motivos por los cuales quedaron en el olvido, hasta ser rescatados para la historia a través del riguroso estudio llevado a cabo por el médico menorquín.
No en vano, el médico titular de Alaior siente una gran admiración, desde la adolescencia, por la figura científica del Nobel español, que se intensificó durante su licenciatura en Zaragoza, habiéndose convertido en uno de los más preparados conocedores de la obra de Ramón y Cajal.
Cabe recordar que Santiago Ramón y Cajal contribuyó poderosamente a la difusión de materias tan neurálgicas en el campo de la medicina como la estructura del sistema nervioso. De hecho, la moderna Neuroanatomía, encargada de profundizar en el estudio de las demencias y las enfermedades nerviosas degenerativas, continúa basando su labor en los hallazgos del ilustre Premio Nobel español.
La tesis del doctor Juanico reúne los datos biográficos y los trabajos anátomo-patológicos realizados por los discípulos de Ramón y Cajal divididos en tres etapas: período 1884-1887, centrado en los discípulos valencianos Juan Bartual Moret; Antonio Vicent Dolz; Vicente Guillén Marco y Enrique Alabern Sáez; período 1887-1892, en torno a los catalanes José María Roca Heras; José María Bofill Pichot; Manuel Durán y Ventosa; Augusto Pí y Gibert; Gil Saltor Lavall y Claudio Sala Pons; y 1892- 1902, que gira en el seguimiento de los madrileños Carlos Calleja y Borja-Tarrius, Ramón Terrazas Casanova; Tomás Blanes Viale; Federico Olóriz Ortega; Rafael Forns y Romans; Isidoro de la Villa Sanz; Eduardo del Río Lara, Manuel Márquez Rodríguez, y, de nuevo, Claudio Sala Pons, ya que pese a su origen catalán desarrolló su trabajo en la capital del Estado.
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Las fechas en las que estuvo Cajal en Barcelona son erróneas ya que se trasladó a Madrid cuando obtuvo la catedra allí en 1892.