Joan Gual agota su ciclo de cuatro años al frente del Colegio de Médicos de Baleares tras su decisión de no optar a la reelección en los comicios del próximo 10 de junio
Las elecciones a la presidencia del Colegio de Médicos de Baleares, que tendrán lugar el próximo 10 de junio, supondrán el final del mandato del actual máximo responsable de la entidad, el cardiólogo Joan M. Gual Julià, quien ha decidido no optar a la renovación de su cargo. Tras cuatro años al frente de la institución y doce de participación en sus órganos directivos, el doctor Gual rinde balance de su gestión.
P.- La primera pregunta es obligada. ¿Por qué, después de cuatro años en la presidencia, decide usted no optar a la reelección?
R.- He trabajado durante doce años consecutivos en el Colegio de Médicos de Baleares: cuatro como vocal de asistencia colectiva, otros cuatro en la vicepresidencia, y ahora, finalmente, estos cuatro últimos años al frente de la institución. Le he dedicado mucha ilusión y una cantidad incontable de horas, y creo, sinceramente, que ha llegado el momento de dar paso a otras personas, a otras líneas de trabajo. Hay que saberse ir cuando las cosas van bien.
P.- ¿Qué Colegio de Médicos dejará a sus sucesores?
R.- Tanto la junta directiva que he tenido el honor de presidir como yo mismo cedemos, en mi opinión, un buen legado. En la actualidad, el Comib es una institución moderna, integradora, donde los médicos se sienten cómodos y a la que consideran su propia casa. Son muchos los colegiados que, en cada una de las islas de nuestro archipiélago, han entendido que esta era la línea correcta, y que es en ese camino en el que hay que insistir durante los próximos años.
P.- ¿Y cuál ha sido, exactamente, esa línea, o, por así decirlo, los principios básicos que han regido su tarea en la presidencia del Comib?
R.- En primer lugar, hemos logrado forjar un Colegio absolutamente independiente, en el que la política se ha quedado completamente al margen, porque, desde el primer instante, tanto mi equipo como yo mismo tuvimos claro que nos debíamos al cien por cien a los médicos, sean cuales fueran sus inquietudes o su ideología. Por otro lado, un segundo punto que ha regido nuestra actuación ha sido el de no ser corporativistas. Hemos abierto la institución a los pacientes y, en general, a toda la sociedad, a través de una relación permanente con las asociaciones que representan a los ciudadanos. Las pruebas están allí para demostrarlo. Sin ir más lejos, somos el primer Colegio de Médicos en España que ha incorporado la Universidad de los Pacientes, a través de la cual los usuarios de la sanidad pública aprenden a conocer cuáles son sus derechos y obligaciones.
P.- Otro capítulo importante ha sido el de la formación continuada…
R.- Precisamente, iba a referirme ahora a ello. Durante estos cuatro años se han propiciado grandes iniciativas en este terreno, todas ellas encaminadas a que los médicos pudieran profundizar en su formación y, a la vez, impartir docencia. En este sentido, hemos impulsado la formación de grado universitario y los cursos de formación continuada llevados a cabo gracias a convenios con entidades tan importantes como la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad Ramon Llull, la Universidad de Harvard y el CEIBS (China Europe International Business School), que es una institución universitaria de gran prestigio internacional impulsada por la Unión Europea y el Gobierno chino.
P.- A raíz del acuerdo de colaboración con el CEIBS, el Comib ha venido impulsando iniciativas formativas en Shangai que han recibido algunas críticas por parte de determinados sectores…
R.- Pues déjeme decirle que, precisamente, los cursos celebrados en el CEIBS y en la Universidad de Harvard constituyen una de las iniciativas de las que más orgulloso me siento como presidente del Comib. De hecho, ante todo, hay que aclarar que los médicos que hicieron el curso no ‘fueron a Shangai’,como maliciosamente alguien ha dicho. Los médicos acudieron a unos excelentes cursos al CEIBS y a la Universidad de Harvard con sede en Shangai y Boston, y quien no entienda esto o es un ignorante o actúa con evidente mala fe. Nuestra contribución ha consistido en hacer posible que los colegiados se beneficiaran de una oferta formativa de gran calidad en unos de los centros universitarios de mayor prestigio mundial, y que obtuvieramos financiación gracias a la colaboración de diferentes empresas y a partir de las cuotas de los médicos asistentes.
P.- Quedaba por definir un cuarto punto de su gestión al frente del Comib…
R.- Sí, y hace referencia, concretamente, a la modernización de nuestras instalaciones. La sede del Colegio de Médicos en Palma ha sido ampliada con tres aulas dotadas con los mejores avances tecnológicos del momento que hacen posible, sin ir más lejos, el contacto permanente con Menorca, Eivissa y Formentera a través de sesiones de videoconferencia. En Menorca, se ha habilitado una sede moderna y funcional, igualmente adaptada a las nueva tecnologías, y, tal vez, nuestra asignatura pendiente es Eivissa. En este caso, el proyecto de construcción de la nueva sede ha tropezado con problemas burocráticos y administrativos, relacionados con el hallazgo de restos arqueológicos. Sin embargo, estoy seguro de que estas dificultades se solucionarán en el futuro.
P.- En las otras islas, ¿se percibe al Colegio de Médicos de Baleares como una entidad lejana y excesivamente centralista?
R.- Hemos trabajado mucho para que esta percepción pasara a la historia, aumentando la relación entre la sede central del Comib y las juntas insulares. En Menorca, los resultados invitan francamente al optimismo. La junta insular ha llevado a cabo una excelente labor, especialmente en el campo de la formación continuada. Ahí están, para corroborarlo, las Jornades de l’Illa del Rei, que han adquirido un prestigio muy importante mucho más allá de nuestro archipiélago. En cambio, reconozco que las actividades del Colegio de Médicos en Eivissa afrontan un periodo de parálisis que se remonta a doce años atrás. Hay que buscar soluciones, aunque sin duda depende de la labor y la iniciativa de las propias juntas insulares.
P.- En Mallorca, por otra parte, han sido noticia, durante su mandato, los conflictos internos supuestamente surgidos en el seno del Comib. ¿Fábulas periodísticas o informaciones reales?
R.- Es cierto que hemos debido afrontar problemas internos. No voy a negarlo, porque es así. En un momento determinado de la legislatura vivimos una situación complicada en la estructura interna del Comib que me hizo abrir los ojos a una realidad: la existencia de objetivos e intereses que nada tenían que ver con la razón de ser de la institución, que no es otra que la defensa y la representatividad de la profesión médica. A partir de aquí, la junta directiva tuvo que adoptar determinadas decisiones. El problema se resolvió con una nueva gerencia y una nueva asesoría jurídica. Estas decisiones contaron con el beneplácito generalizado de los colegiados, y aunque como presidente me valieron, desde algunos sectores, alguna que otra acusación de autoritarismo, he de decir que acepto esa crítica si, gracias a estas actuaciones, se pudo lograr que el Comib siguiera regido por y para los médicos de Baleares.
P.- Defendía usted anteriormente un Colegio absolutamente despolitizado, pero, aun así, su cargo le ha obligado a estar en permanente contacto con los responsables políticos e institucionales…
R.- Por supuesto, y he de subrayar que, a lo largo de estos cuatro años, he tenido la oportunidad de trabajar con dos Administraciones de diferente color político. En ambos casos, el diagnóstico, por utilizar un término médico, es el mismo: todos los políticos que han estado al frente de los temas sanitarios en Baleares, independientemente de su ideología o su filiación, han buscado que las islas cuenten con la mejor sanidad posible. Lógicamente, no todo han sido satisfacciones, y se han quedado algunos temas importantes en el tintero. Uno de ellos, quizás el más relevante, es el Pacto por la Sanidad, una iniciativa que hoy por hoy parece permanecer dormida o inactiva y cuya puesta en marcha resulta urgente.
P.- Su fin de ciclo se producirá a pocos meses de la inauguración del nuevo hospital de referencia de la sanidad pública balear…
R.- Es un gran proyecto que supone un avance incuestionable para toda la población de las islas. Los pacientes podrán recibir una mejor atención médica, y los profesionales tendrán la ocasión de desarrollar su tarea en mejores condiciones. Desde el principio, el Comib se posicionó en contra de la reforma de las viejas instalaciones de Son Dureta y a favor de la construcción de un nuevo hospital, y me alegra comprobar que, finalmente, todo el mundo ha acabado por defender esta tesis. Los políticos que en su momento mantenían sus reticencias respecto al proyecto de Son Espases han sabido rectificar, y esa es una buena noticia para todos.
P.- Coincide usted con la afirmación de que faltan médicos en Baleares…
R.- A mi juicio, el problema es que los médicos se hallan mal distribuidos y que existen áreas asistenciales concretas de difícil cobertura. Así, por ejemplo, resulta complicado encontrar a determinados especialistas que acepten desarrollar su tarea profesional en Menorca o Eivissa, y ya no digamos en Formentera. ¿Qué se debe hacer, por tanto? Está claro que la alternativa pasa por fidelizar a estos profesionales mediante incentivos económicos y laborales verdaderamente estimulantes y atractivos.
P.- Baleares presenta la tasa de seguros privados sanitarios más elevada del Estado. Sin embargo, la sensación es que este sector atraviesa, en la actualidad, por un momento especialmente complicado…
R.- Y es así, porque nadie es inmune a la crisis económica sin precedentes que estamos viviendo. Esta situación provoca que las compañías aseguradoras hallen múltiples problemas para crecer o, simplemente, para mantener su cartera de clientes. Hace ya tiempo que el sistema actual denota síntomas claros de crisis o agotamiento y sería necesario que, entre todos, nos afanáramos en buscar soluciones en un proceso que la Conselleria de Salut debería liderar, juntamente con los profesionales.
P.- Dentro de este contexto, las informaciones se han hecho eco del conflicto que enfrenta a los ginecólogos de Baleares que ejercen en la sanidad privada con las compañías aseguradoras. ¿Cuál ha sido la posición del Comib al respecto?
R.- La de defender y proteger los derechos de estos profesionales, como no podía ser de otra manera. El problema es que este grupo de ginecólogos ha tratado de mejorar sus honorarios por su cuenta y riesgo, fuera del ámbito colegial, y directamente con las compañías, en un marco de negociación que ha resultado duro y muy reivindicativo. Tanto ha sido así que la situación ha llegado a afectar al colectivo de médicos de la sanidad privada, en su conjunto. ¿Qué ha hecho el Comib? Básicamente, ejercer su papel mediador, intercediendo entre los ginecólogos y las aseguradoras para que aceptasen sentarse en una mesa y resolver sus diferencias. Finalmente eso no fue posible, porque los representantes de los médicos no hicieron acto de presencia en la reunión que se había convocado a tal efecto. La verdad es que cuando las posiciones se vuelven tan intransigentes resulta difícil establecer un consenso.
P.- Otra ‘patata caliente’ de rabiosa actualidad es el recorte en los sueldos de los funcionarios públicos, medida que afectará de manera muy directa a los médicos. ¿Adoptará el Comib alguna postura concreta?
R.- Estamos, básicamente, ante un tema de responsabilidad sindical, no colegial. En cualquier caso, y a fecha de hoy, estamos a la espera de que el Gobierno se defina y concrete más la actuación que pretende llevar a cabo, ya que se habla de distintos porcentajes de recorte sin que se sepa, a ciencia cierta, de cuánto dinero ni sobre qué conceptos estamos hablando. Da la impresión de que se ha improvisando mucho y esto nunca es positivo. Es difícil de aceptar que a los médicos se le reduzca el salario y se les aumente el IRPF a la vez. Espero que sean medidas racionales y por lo tanto asumibles ante una crisis muy grave que necesitará de la solidaridad de todos.
P.- Está siendo usted un testigo de excepción de la campaña por la presidencia del Colegio de Médicos que ya se ha iniciado. ¿Qué sensaciones tiene?
R.- En estos comicios concurren dos candidaturas que tienen la obligación, durante estos días, de dar a conocer sus propuestas a los médicos para convencerles de que les faciliten su voto. Mi mayor deseo es que se trate de una campaña tranquila, transparente y constructiva que invite al voto responsable. El Colegio de Médicos de Baleares es una institución demasiado importante como para depositar una papeleta de manera irreflexiva. Deseo que el votante opte por candidatos que aseguren la independencia de la institución.
P.- Una de las candidaturas está liderada por el actual vicepresidente del Comib, Antoni Bennàssar. ¿Podría hablarse, por tanto, de una lista de continuidad y de una lista renovadora?
R.- No, no creo que se pueda diferenciar, en esta campaña, entre continuistas y renovadores. Quedarse en eso, es simplificar demasiado la cuestión. Más bien hay que recurrir al conocimiento que tenga cada uno de los candidatos que componen las listas. Conozco a los integrantes de la lista del doctor Bennàssar, de quien puedo asegurarle que se trata de una persona sensata y moderada, preocupada siempre por la búsqueda del consenso. De la otra lista casi no conozco a nadie.