Se prevé un periodo de incertidumbre con la entrada en vigor, el pasado 1 de enero de 2016, del nuevo baremo de daño por accidentes de tráfico. Este baremo afecta en gran medida a las reclamaciones contra los profesionales sanitarios que pueden sufrir un fuerte incremento en las indemnizaciones solicitadas, lo que puede suponer un problema ante la falta de capital asegurado en las pólizas concertadas por los mismos. Hoy entrevistamos a Carlos León, director Jurídico de DS Legal Group, despacho especialista en derecho sanitario, para que nos cuente la perspectiva legal y experta sobre este asunto.
P.- ¿Cómo ha afectado sobre la actuación profesional de los médicos la entrada en vigor de la nueva Ley de Tráfico que incluye un nuevo baremo de indemnización por daños?
R.- El profesional sanitario, y la sociedad en general, no es todavía consciente de la transcendencia del nuevo baremo de daños para accidentes de tráfico, así como de las repercusiones patrimoniales que este puede tener. Esta modificación del baremo nace por la necesidad de adecuar las indemnizaciones a la realidad de nuestro entorno. Debemos tener en cuenta que los criterios que se aplican en este baremo se basan en un seguro con responsabilidad objetiva, seguro de autos, en los que el límite mínimo es de 70 millones de euros por siniestro en los daños a personas. El sector sanitario funciona de manera diferente. Es el profesional de manera individual quien determina el capital que desea cubrir, y las aseguradoras especializadas limitan los capitales máximos que no suelen exceder el 1.500.000 €. El efecto que puede tener el baremo en la actuación de estos profesionales radica principalmente en el incremento sustancial que van a experimentar las cuantías reclamadas por supuestos errores médicos. Según fuentes especializadas para el sector sanitario el incremento puede situarse en un 60 % de media, llegando en algunos casos a triplicarse o cuadruplicarse, tales como casos de grandes inválidos o muerte.
P.- ¿Existen diferencias muy grandes entre las reclamaciones previas y posteriores a la entrada en vigor del nuevo baremo?
R.- En principio los estudios hablan de variaciones cercanas al 15 % en escenarios positivos y del 30 % en un escenario normal. Desde DS Legal Group lo hemos estudiado desde el punto de vista de la responsabilidad civil profesional médica y las diferencias son mucho más grandes, debido a que solemos enfrentarnos a casos de grandes lesionados o de muertes. Las indemnizaciones por muerte se prevé que pueden aumentar por encima del 300 %, mientras que para los grandes lesionados, al incluir factores que antes no se tenían en cuenta, las indemnizaciones pueden acabar en renta vitalicia, lo que supondría diferencias cercanas al 800 %. De esta manera podrían darse situaciones en las que la condena llegara a los cuatro millones de euros. Solo han pasado seis meses desde la entrada en vigor de la nueva reforma por lo que todavía no existen datos suficientes como para afirmar unos efectos directos pero como he comentado los estudios que hemos realizado y nuestra experiencia previa nos muestran un antes y un después en las indemnizaciones por supuestos errores médicos. En la firma ya estamos defendiendo reclamaciones por 3.500.000 €, y en el último mes como curiosidad le puedo comentar que hemos recibido más de 5 reclamaciones judiciales por importe superior al 1.000.000 €.
P.- ¿Cree usted que durante la elaboración de este baremo se ha desechado la aprobación de un baremo sanitario?
R.- Más que desechar, creo que se dejó literalmente aparcado. Mi opinión personal: si no se ha llevado a cabo es por falta de voluntad política o por ausencia de coordinación entre los agentes que forman parte del ámbito sanitario. En ningún momento se ha visto el asunto de los baremos como un perjuicio real al médico y resto de profesionales sanitarios. De todas formas, no creo que sea necesaria tanto la creación de un baremo específico sanitario sino la aplicación de criterios de la medicina al baremo actual teniendo en cuenta todos los factores que operan en la actividad sanitaria. No es lo mismo la responsabilidad objetiva que existe en los casos de tráfico, donde existe un daño que hay que reparar, que las cuestiones médicas donde influyen muchos más factores que hay que tener en cuenta, además de que en estos casos siempre se produce un riesgo. Del mismo modo diferentes actuaciones o supuestos errores médicos deberían ser juzgados de manera diferente. No es lo mismo la falta del consentimiento informado que una secuela negativa para el paciente. Por todo esto estoy a favor de la aplicación de criterios médicos a los baremos ya existentes.
P.- ¿Puede ser un problema para los médicos el nuevo baremo?
R.- Si el profesional no está bien asegurado el nuevo baremo puede suponer un grave trastorno personal y familiar. La crisis también ha hecho mella y muchas personas han recortado en estos temas. Por ello, mi consejo sería que tuvieran un asesor especializado antes de realizar ninguna modificación a la baja, y si se cambian de seguro por reducciones de precios que por favor revisen la letra pequeña y que se aseguren de que conservan las mismas garantías que antes. A los profesionales sanitarios que trabajan para la sanidad pública recomiendo que se hagan un seguro privado, informándose de las garantías. Además deben conocer las garantías de la póliza que les ofrece el servicio de salud, asegurándose de cuáles son los límites y las exclusiones que existen para evitar encontrarse solos ante una reclamación.
P.- ¿Qué han hecho las aseguradoras ante esta nueva reforma?
R.- Se lleva advirtiendo desde hace un tiempo de lo que se cree que puede ocurrir ante la nueva situación. Por ello con los clientes con los que trabajamos y asesoramos a nivel interno hemos visto reforzado sus esfuerzos en prevención, profesionalidad de la gestión y provisión de reservas. A nivel del asegurado, ya hay movimientos para dar respuesta a la necesidad de los profesionales, como Uniteco Profesional, que está ofreciendo capitales superiores para hacer frente a tales indemnizaciones, llegando a coberturas de hasta cuatro millones de euros.
P.- ¿Qué especialidades pueden ser las más afectadas?
R.- En el subconsciente colectivo podemos pensar que existen algunas especialidades con más riesgos que otras, como neurocirugía, obstetricia y ginecología, neonatología, etc… pero en nuestro despacho cuando analizamos los casos podemos observar que cualquier especialidad tiene un alto riesgo y siempre es posible que el paciente pueda por cualquier razón sufrir un fallecimiento o una gran minusvalía y reclamé al profesional sanitario. Muchas veces se piensa que un médico general tiene menos riesgos pero hay que saber que en muchas ocasiones es el primero que ve al paciente por lo que puede ocurrir un error diagnóstico del que deriven problemas. Los profesionales que trabajan en las urgencias también tienen grandes riesgos, los radiólogos por un error diagnóstico en una malformación o un tumor, los psiquiatras por suicidios de pacientes, los médicos que trabajan en una residencia de ancianos, los odontólogos por una reacción anafiláctica de las anestesias…Por tanto, en mi opinión no depende tanto de la especialidad, aunque existen especialidades sobre todo las quirúrgicas que hacen frente a más riesgos y más demandas, pero el baremo no tendrá más efecto en unas que en otras.