Marina Geli, consellera de Salut de la Generalitat de Catalunya, participó en las Jornadas de la Illa del Rei
El modelo actual del sistema nacional de salud sufre la misma problemática económica que cualquier economía de mercado o familiar. La crisis y la depresión actual han debilitado un sistema que está al borde de la quiebra técnica. Es la teoría que, con argumentos en la mano, como el prestigioso Informe Vilardell, defiende la consellera de Salut de la Generalitat de Catalunya, Marina Geli. Antes de participar en la tercera jornada sanitaria del COMIB en la Illa del Rei, la consellera atendió a Salut i Força.
P.- Consellera, en primer lugar, ¿qué le parece participar como ponente en esta jornada sanitaria de debate en Menorca, en este histórico Hospital Illa del Rei?
R.- Muy interesante. Cuando el presidente, el Dr. Joan Gual me invitó a este tercer fórum de debate en esta isla, me gustó mucho la idea, porque en los años anteriores, cuando se trataron temas como la sanidad privada o las nuevas tecnologías, ya habían participado representantes de la sanidad catalana. Además, nada más llegar a la Illa del Rei, todavía me he ilusionado más al ver la rehabilitación de este centro, el esfuerzo del Colegio de Médicos y el alto nivel de los participantes. Esto nos compromete de alguna manera. El debate es urgente, es una obligación moral lograr la sostenibilidad de calidad y la equidad.
P.- Entonces, entremos, por tanto, en materia. Su conferencia versa precisamente sobre “La sostenibilidad de la calidad y la equidad del sistema sanitario’. ¿Cuál es la fórmula para lograrla?
R.- No existe. Se llega con la suma de diferentes decisiones. Primero, estamos en una excepcionalidad económica, en una depresión, y no podemos aislarnos del mundo. Veremos cómo pasaremos este fin de 2009 y el 2010 con pocos ingresos por parte de las administraciones. Es lo mismo que sufren los ciudadanos y las empresas que pierden trabajo. La garantía de la sostenibilidad de los próximos diez o veinte años es la suma de ordenar la demanda, disminuirla en algunos aspectos, incrementar algunos recursos para la sanidad pública aunque no muchos, también que el papel complementario del sector privado sea el de la provisión. Se debe revisar la responsabilidad de los ciudadanos, deben saber el coste de cada servicio porque lo pagan y son propietarios. También hay que debatir la revisión de la fiscalidad. Es muy fácil decir que necesitamos más dinero pero, ¿cómo lo sacaremos? Vía fiscalidad general, vía disminución de la demanda,…
P.- Los expertos en demografía de la Comisión del famoso Informe Vilardell no fueron capaces de prever el aumento demográfico. ¿Por qué?
R.- Se han equivocado mucho. Nadie preveía que a Catalunya, en tan pocos años, llegara tanta gente. Necesitábamos sumar de amarillo demógrafos con analistas económicos y no lo hicimos. Ahora estamos en una crisis que obliga a pensar. En este 2009, el incremento poblacional en Catalunya es mucho menor que otros años. Es el primer año que pasa, sigue creciendo, pero muy poco. ¿Hay algún economista que pueda preverlo? Si nos lo dicen, afinaremos mucho. Además ha bajado la natalidad. En Catalunya vienen, sobre todo, extranjeros jóvenes, en Baleares también, pero hay una mezcla con gente más mayor y europeos, quizá. Y el coste del servicio sanitario es muy alto porque es mucha gente aunque, sin embargo, el de los comunitarios es relativamente bajo. No debemos volver a hacer una disociación entre modelo económico y social, nos equivocaríamos totalmente. El crecimiento poblacional se ralentizará al menos en cinco años porque el modelo económico no generará puestos de trabajo.
P.- ¿Cuál es el presupuesto necesario para mantener el sistema nacional de salud en Catalunya? ¿1.600 euros por habitante y año?
R.- Ese era el coste asumible que pensamos cuando entramos al Govern de la Generalitat en 2003. Nosotros, junto al conseller de Economia i Finances, Antoni Castells, hicimos proyecciones a ocho años que íbamos cumpliendo cada ejercicio hasta que llegó la crisis. Consideramos que llegar a 1.600 euros, que es lo que gastan Comunidades Autónomas del nivel de renta de Catalunya, era viable. País Vasco gasta más de 1.600, La Rioja 1.500, regiones europeas parecidas a Catalunya gastan eso porque tenemos un sector privado que gasta 400 euros de media anual por persona. Hicimos cálculos razonables, pero no ha habido cambio de política, ha habido una bajada de ingresos.
P.- ¿Con esa cantidad se mantiene la calidad?
R.- Continuamos pensando que esos 1.600 están bien al menos en un escenario de cuatro años más. Insuficiente aún, pero yo estaría encantada si pudiéramos gestionar los 1.600 euros. Debemos ser serios, porque aún no siendo una cantidad desorbitada, en una situación de crisis, hay que ver de dónde los sacamos. No soy partidaria de bajar los costes sanitarios, sino de decir qué cuesta realmente la calidad y veremos qué puede ser financiación pública y plantearle al ciudadano hacer algún esfuerzo de fiscalidad o vía pago directo. Lo siento mucho, pero menos que eso podría ser perder calidad y en Catalunya todavía tenemos espacios de mejoras y, en general, el sistema es bueno. Pasaremos con menos recursos dos años, porque hay crisis, como en todas las familias, pero más años, como cinco o diez, no, porque nos quedaríamos atrás.
P.- Una de sus prioridades para que mejore el sistema son los médicos. Por eso, creó en 2006 el Consell de la Professió Mèdica. Para el médico balear que lea esta entrevista, ¿qué papel juega este órgano?
R.- Es plural, de debate de todos los temas que tienen que ver con los médicos. Nos dimos cuenta que nos veíamos mucho los colegios de médicos y el departamento de salud, la Academia de las Ciencias Médicas, los sindicatos y la patronal, la Facultad de Medicina… Con todos ellos tratábamos, pero nunca todos juntos. Lo primero es discutir el papel de los médicos con todas las organizaciones representadas y es un enriquecimiento para el departamento extraordinario. Hemos conseguido un debate en profundidad sobre jubilación, la flexibilidad… todo es mejorable. A partir de los 65 años, los médicos pueden solicitar la continuidad. Debatimos un modelo retributivo, tenemos una parte de carrera profesional consolidada, discutimos cómo deben funcionar los equipos interdisciplinarmente… No es una cuestión teórica y sí muy práctica.
P.- ¿Existe un mal uso de la sanidad pública catalana? El Dr. Vilardell habla de falta de educación sanitaria…
R.- La frecuentación es alta. En Primaria de la más alta de los países que tienen sistemas de información y modelos comparables. Más que un mal uso al no haber ningún filtro, podríamos definirlo como inadecuado. Debatimos la ordenación de la demanda.
P.- Consellera Geli, en esta persecución de la sostenibilidad, ¿en qué puede contribuir la industria farmacéutica?
R.- Muchísimo, porque la industria farmacéutica sabe que somos sus principales clientes y si nosotros somos insolventes, ellos se hunden. Así que la sostenibilidad les interesa igual que al resto. Seguro que prefieren saber cuál es el escenario de los próximos diez años para adaptar su política industrial. El sector salud es un sector económico, es uno de los sectores de la economía del conocimiento. Es uno de los más importantes de Catalunya, industrialmente hablando. Es una pieza clave. Hemos creado la Mesa del Medicamento y veo total receptividad de la industria, porque quieren saber qué piensan el sistema, los farmacéuticos… Necesitamos un pacto, no sólo por I+D, que ya se ha hecho, sino para ver el precio, la moderación de crecimiento para los próximos diez años.
P.- ¿Cómo se acaba con la falta de especialistas?
R.- El número de médicos en España está por encima del número de médicos por mil habitantes de Europa. Aquí, el debate no sólo es la falta de unos especialistas sino qué modelo de profesional sanitario queremos. Es verdad que faltan algunos especialistas, hay poco interés por ser médico de familia, alergólogo, pediatras, ginecólogos, dermatólogos, son especialidades donde tenemos más necesidad. ¿Qué reforma en la formación con la troncalidad queremos? Debemos decidir si queremos más primaristas formados también en cardiología, por ejemplo. Lo que ahora decidamos, tardará diez años, pero es de urgencia, de obligación moral y debemos tomar decisiones. Amo el sistema, quiero la equidad.
P.- Finamente, ¿cree que se logrará un Pacto por la Sanidad?
R.- Tengo esperanza. Aunque en la política española actual a nadie se le escapa que el primer pacto que se tendría que llegar es por la crisis económica. Soy prudente, confío, pero a lo mejor el Pacto por la Sanidad va en otro plano. Cuando yo hablo con otros consellers tienen los mismos problemas que tiene Catalunya, con salvedades regionales, claro. Valencia, Madrid, les Illes Balears o Catalunya nos parecemos bastante, porque hemos crecido mucho en población, mucha inmigración, más seguro privado… Confío que las Comunidades Autónomas hagan que los dos grandes partidos y el resto del Congreso lleguemos a un gran pacto. El Consejo Interterritorial no debe hacerse en el Congreso, porque los consellers de Salut no representamos partido, sino al cien por cien de nuestros ciudadanos.