Miquel Nadal Buades
( Palma de Mallorca,
1960) accedió a la
p residencia de Unió
Mallorquina en
diciembre de 2007, tras
encabezar una única
candidatura de
consenso que fue
refrendada en el
décimo congreso de
esta formación política.
Unos meses antes,
había liderado la
candidatura municipal
de UM a Cort, logrando
recuperar la
representación en el
Ayuntamiento de
Palma, y desde octubre
de 2008 forma parte
del Govern autonómico
en calidad de
conseller de Tur i sme.
P.- ¿Cuáles son los ejes neurálgicos
de la política sanitaria
que propugna Unió Mallorquina
para las Islas Baleares?
R.- La sanidad, junto con la
educación, son dos de los pilares
básicos sobre los que se sustenta
el Estado del Bienestar. Garantizar
un acceso libre y universal a
estos dos servicios es una de las
prioridades más destacadas de todas
cuantas conforman el ideario
de Unió Mallorquina. También
debemos tener cuenta que la industria
de la salud y la destinada
a las personas mayores constituirán
una de las principales actividades
económicas del futuro.
P.- Qué valoración hace Unió
Mallorquina, y usted como
presidente, del momento actual
de la sanidad balear?
R.- La mejora de la calidad de
vida de los mallorquines pasa por
una buena asistencia sanitaria. Tenemos
un sistema eficaz, pero que
se puede mejorar adelantando en
la investigación y la prevención,
mejorando la financiación, haciendo
una buena gestión de los
recursos e incentivando a los profesionales
de nuestra sanidad. Y,
sobre todo, el ciudadano debería
ser el núcleo central de todas las
actuaciones. Creemos que el sistema
balear de salud exige una evaluación
constante de los propios
mecanismos de operatividad.
P.- ¿Comparte la opinión de
que muchos problemas que
afectan a la sanidad balear
tienen que ver con la carencia
de financiación por parte del
Gobierno central?
R.- Las competencias en sanidad
fueron asumidas por nuestra
Comunidad con una dotación
económica insuficiente, y esto genera
injusticias y deficiencias que
todavía hoy arrastramos. De esta
manera, nos encontramos con la
situación de que, siendo una de
las Comunidades Autónomas
que más dinero aporta al Estado,
es la que menos recibe a cambio.
Sólo pedimos justicia, porque las
Islas Baleares se hallan a la cola de
la financiación estatal por cápita.
Únicamente Canarias y el País Valencià
registran una situación aun
más desfavorable. Recibimos un
21 por ciento menos de recursos
al año que la media de territorios
autonómicos. AUnió Mallorquina
siempre le ha parecido sumamente
injusto que de cada cien
euros que van a Madrid, sólo retorne
a las Islas Baleares la cantidad
de 48 euros. Ahora estamos
ante la oportunidad histórica de
cambiar esta realidad en virtud
del cambio de modelo de financiación
que el presidente del Gobierno
central está negociando
con las administraciones autonómicas,
y en UM lucharemos para
que el archipiélago acceda a una
financiación mínima de tres mil
euros por habitante al año. Esta es
la razón de que hayamos lanzado
una campaña con el lema ‘A les
Illes Balears, just el que és just’.
P.- Baleares encabeza el ránking
estatal en materia de suscripción
de pólizas sanitarias privadas,
muy por delante del resto
de Comunidades Autónomas.
¿Cree que esto se puede deber a
un problema de desconfianza
hacia la sanidad pública?
R.- La gente busca comodidad
tanto a la hora de ir al médico
como cuando debe ser hospitalizada,
y valora mucho la posibilidad
de escoger a su médico especialista.
Precisamente, en Unió
Mallorquina, si tuviéramos la responsabilidad
de gestionar la sanidad,
apostaríamos por la libre
elección de médico y de centro
hospitalario. La saturación de los
servicios sanitarios adscritos a la
Seguridad Social tal vez contribuya
a tener pólizas sanitarias privadas,
pero también lo hace el nivel
de vida y un cambio gradual
de mentalidad en la importancia
que se otorga a todo aquello relacionado
con la salud.
P.- La elección libre de médico
es, de hecho, una alternativa
que ya existe, teóricamente,
pero que no acaba de concretarse
en la práctica. La Administración
achaca este incumplimiento
a la falta de recursos
para hacerlo posible…
R.- Cuando escucho este tipo de
argumentos la única conclusión a
la que soy capaz de llegar es que
falta la voluntad política necesaria.
Ciertamente, las Islas Baleares
arrastran un problema de financiación,
y hemos de hallar entre
todos las soluciones precisas que
sirvan para superar esta dificultad.
Sin embargo, jamás debe permitirse
que esta situación sirva de
excusa para que derechos tan legítimos
como la libre elección de
facultativo sean pasados por alto.
P.- Desde algunos sectores se
apunta la necesidad de intensificar
la colaboración entre
sanidad pública y privada en
Baleares. ¿Considera que viven
de espaldas una de la
otra?
R.- Nosotros apostamos por el
aprovechamiento conjunto de la
red pública y de la iniciativa de
gestión privada. Creemos que son
sistemas que se complementan.
Los protagonistas del servicio médico-
sanitario son el enfermo y
el profesional, y este último debe
tener a su disposición todos los
medios posibles, hospitalarios y
ambulatorios. Con respecto a los
médicos libres, cabe considerarlos
pequeñas ‘Pimes’ que ahorran actuación
hospitalaria, capítulo que,
por cierto, supone el 82 por ciento
del gasto sanitario. Desde la administración
se debería trabajar
con estas ‘Pimes’, y en Unió Mallorquina
brindamos nuestro más
firme apoyo a la pequeña y mediana
empresa, también en este
sector. Por ejemplo, deberían existir
unos baremos ambulatorios
adecuados, actualizados y racionales
en relación a los diferentes
actos. En UM creemos que deberíamos
avanzar en un único Servicio
Nacional de Salud. Es decir,
que el usuario, como verdadero
protagonista, pueda escoger
dónde acudir. Este es el futuro de
la asistencia sanitaria en Europa,
pero para hacerlo factible hemos
de avanzar en la igualdad de los
costes de la sanidad pública y privada
y los baremos. No resulta
aceptable que, en la actualidad,
cualquier intervención de la sanidad
pública genere un coste económico
que duplica el de la medicina
privada.
P.- Las listas de espera quirúrgicas
han experimentado una
ligera reactivación durante el
último año, después de acumular
unos cuantos ejercicios
en descenso. ¿Es un problema
de gestión del Govern o, como
se asegura desde la Administración
autonómica, la causa
reside en el aumento de la demografía
y la presión asistencial?
R.- Debemos recordar que en las Islas Baleares tenemos una financiación
deficitaria, y esto quiere decir
que necesitamos más médicos,
más personal sanitario, más centros
ambulatorios… Y, sin embargo,
no hay dinero suficiente para
atender estas necesidades. Esta
situación resulta profundamente
injusta, porque las Islas Baleares sí
se muestran solidarias con otras
Comunidades del Estado. Al fin
y al cabo, tales circunstancias nos
restan competitividad, y por este
motivo hemos de decir ‘basta’ y,
antes de resolver los problemas de
los demás, arreglar nuestra casa.
Los 235 millones de euros que
aportamos al fondo de suficiencia
durante 2008 hubieran servido
para ejecutar muchos proyectos
sanitarios y educativos. Tenemos
derecho a no perder los recursos
que necesitamos para aportar aceite
al motor de nuestra economía.
P.- UM se halla a cargo de la
dirección de la Fundación Mateu
Orfila, que tiene como
principal objetivo la potenciación
de la investigación.
¿Qué motivos explican, en su
opinión, que Baleares ocupe la
cola del Estado y de casi de
toda Europa en estos ámbitos?
R.- Mire, la investigación se encuentra
a menudo vinculada a la
industria y a toda nuestra fuerza
turística, y en cambio jamás se ha
podido acoger a los parámetros
del Ministerio de Industria con
respecto a inversión y desarrollo.
La investigación necesita incentivos
y apoyo financiero. Las
Islas Baleares precisan urgentemente
mejorar esta situación. La
Fundación Mateu Orfila, que dirige
el doctor Rossinyol, apoya a
los investigadores que desarrollan
proyectos en Baleares, porque
de esta manera sus iniciativas redundarán
directamente en beneficio
de los ciudadanos de aquí.
Sin duda, el sector turístico puede
intervenir con la investigación
biomédica, medioambiental y de
calidad de vida. ¡Está todo por hacer!
Los esfuerzos en I+D no son
nunca suficientes. La investigación
siempre necesita más recursos.
Hemos de abrir una línea clara
de investigación y atracción de
empresas orientadas a la salud y
la calidad de vida de las personas
mayores. Alemania representa,
por su actual relación con Mallorca
y por su potente industria sanitaria,
farmacéutica y de aplicaciones
dirigidas a aumentar la sostenibilidad,
una gran oportunidad
a todos los niveles.
P.- El presidente del Govern,
Francesc Antich, anunció, en
el pasado debate parlamentario
sobre el Estado de la Comunitat,
la predisposición de
su gabinete a llevar adelante
la creación de una Facultad de
Medicina. Desde UM, ¿se considera
un proyecto factible y
necesario?
R.- Sin duda constituye para
nosotros una opción estratégica,
dado que apostamos claramente
por contar con unos
servicios médicos hegemónicos,
ya sean
públicos, concertados
o privados. Debemos
ser ambiciosos. Es un
buen proyecto para la
población residente
que redunda también
a favor del modelo de
turismo y actividad
económica que pretendemos
desarrollar. El residente y
el turista deben saber que si tienen
un problema de salud en Mallorca
tienen muchas más posibilidades
de superarlo que en cualquier
otro destino o lugar. La
actividad económica que generará
la evolución de la sanidad,
junto con el envejecimiento de la
población, nos puede permitir
configurar una actividad industrial
y de I+D totalmente complementaria
a la actividad turística
principal.
P.- Estamos entrando en una
época de profunda transformación
del continente demográfico
de la sociedad balear,
donde uno de cada cuatro ciudadanos
es de origen foráneo.
¿Considera que esta circunstancia
acentúa el desequilibrio
de la presión asistencial
en centros de salud y hospitales?
R.- El aumento de población es
uno de los principales problemas
que tenemos. Recibimos unos ingresos
del Gobierno central basados
en unos parámetros de población
totalmente desfasados,
pese a que las Islas Baleares han
sido una de las Comunidades que
más ha crecido en los últimos
años debido a una gran inmigración.
También es necesario tener
cuenta que nuestra población flotante
es muy importante, y de hecho
la asistencia sanitaria a los turistas
le cuesta al Govern cinco
millones de euros anuales.
P.- Otra transformación radical
que afecta directamente
al escenario demográfico es
el envejecimiento de la población
y, en consecuencia, el incremento
de los contingentes
asistidos. ¿Está siendo la Ley
de Dependencia, propugnada
por el Gobierno central, una
herramienta útil en
este terreno? ¿O
bien la falta de financiación
le está
restando efectividad?
R.- No puedo hacer
futuribles sobre si esta
ley culminará o no los
objetivos que se trazaron
al elaborarla. Realmente,
el elemento que
hace falta es el peso político de las
Islas Baleares en el Congreso de los
Diputados mediante la incorporación
de un partido como el nuestro
que, en ningún caso, se debe someter
a las directrices que procedan
de fuera del territorio autonómico.
El tema de la Ley de Dependencia
necesita dinero. Debemos recordar
que en 2016 la generación
del ‘baby boom’ empezará a superar
la barrera de los 65 años y, a lo
largo de toda una década, se duplicará
la población geriátrica. Evidentemente,
hemos de ser capaces
de anticiparnos a los problemas y
buscar soluciones.
P.- Otra cuestión que genera
un gran debate social es la eutanasia,
y estos días todos hemos
sido conscientes de ello
a raíz de la controversia suscitada
en Italia con el caso de
Eluana Engaro. ¿Cuál es el posicionamiento
de UM respeto
a la posibilidad de legislar
una ley sobre eutanasia, y qué
límites deberían establecerse?
R.- Los liberales creemos en la
libertad de elección, y en consecuencia
defendemos que es a uno
mismo a quien le corresponde decidir
con respecto a su vida y su
cuerpo, siempre que no se atente
contra la integridad o la propiedad
de terceras personas. En Italia
se discute ahora en el Parlamento
la figura legal del testamento
biológico, un documento
que respetaría la decisión del individuo.
En nuestro caso, hemos
de recordar que contamos con la
regulación del testamento vital.
P.- Antes de dar por finalizada
la entrevista debemos hacer
referencia a su condición de
conseller de Turisme y la interrelación
que esta actividad
mantiene con la sanidad… ¿Es
posible potenciar la capacidad
de las Islas Baleares para
acoger turismo sanitario?
R.- En primer lugar, debemos
tener cuenta que la mayoría de regiones
europeas duplicarán, a lo
largo de los próximos treinta
años, su contingente de población
mayor de 65 años. Cuando llegue
el 2025, un 25 por ciento de la población
tendrá esa edad o más, y
estamos hablando nada menos
que de unos 110 millones de personas.
Por tanto, en las Islas Baleares
debemos aprovechar esta
circunstancia para especializarnos
en servicios y productos dirigidos
a la prevención y mejora
de la salud y bienestar de la tercera
y cuarta edad de los países desarrollados.
P.- Aun así, ¿reúne el archipiélago
balear las condiciones
idóneas para atraer a este tipo
de demanda turística?
R.- Por supuesto. Tenga en
cuenta que estamos hablando de
un territorio con una excelente,
moderna y preparada oferta sanitaria
privada. Por otro lado, una
de las medidas que pretende potenciar
el decreto recientemente
impulsado desde la Conselleria
de Turisme consiste en favorecer
que los establecimientos hoteleros
dispongan de ayudas económicas
para mejorar sus dependencias
mediante la habilitación de áreas
de salud y actividad física.