El doctor Joan Pou, con
amplía experiencia en
la gestión en Atención
Primaria, ocupa,
actualmente, el cargo
de subdirector
asistencial de Atención
Primaria y 061 del Ib-
Salut. En función de
esta responsabilidad,
su desafío inmediato
es capear la epidemia
de gripe que ya está a
las puertas: se espera
para finales de este
mes, y las previsiones
más negativas
aseguran que causará
verdaderos estragos.
P.- Doctor, ¿vamos a morir todos
de esta súper gripe que se
avecina?
R.- No creo. La curva de la incidencia
de la gripe de esta temporada
está siguiendo una tendencia
similar a la de años anteriores.
Sí que es cierto, como se
ha señalado desde el Ministerio
de Sanidad, que hay una cepa del
virus algo más virulenta y que se
espera un aumento moderado de
los casos, pero de momento, en
las Comunidades a las que ya ha
llegado la onda epidémica, la
tendencia es similar a la de otros
años.
P.- ¿Cuando se dice que una
cepa de virus de la gripe es un
año más virulento que otro,
a qué se refiere y de qué factores
depende?
R.- De que alguno de los virus
sufra alguna mutación que hace
que las defensas del organismo no
puedan reaccionar con la misma
efectividad porque no están habituadas.
Las vacunas se construyen
en base a los tipos de virus del
año anterior. En 2007, hubo una
cepa que mutó y a causa de ello
aumentó la incidencia.
P.- ¿Qué características ha tenido
este año la vacuna
contra la gripe?
R.- Para esta temporada,
la vacuna contra
la gripe se ha diseñado
contra tres cepas diferentes
del virus, debido
a que se han producido esas
mutaciones. Hay que tener en
cuenta que la gripe es una de las
enfermedades epidémicas que se
vigila más. Los sistemas de vigilancia
de la Organización Mundial
de la Salud van controlando
y detectando estas modificaciones.
P.- Hace tiempo que se habla
de la inminente llegada de una
súper gripe, entendida como
una onda epidémica que por
alguna razón hace que existe
una mayor incidencia…
R.- La última súper gripe, como
usted la denomina, se produjo
hace unos quince años, aunque
naturalmente la incidencia no fue
tan alta como aquella pandemia
de la llamada gripe española de
1918. Yse produjo, como ya he dicho,
porque los pequeños cambios
en los virus, periódicamente, son
mayores, y por ello el alcance de la
epidemia es mucho mayor.
P.- ¿Y ya toca, noventa años
después, soportar esta súper
gripe?
R.- No hay un método analítico
para predecirlo. Se sabe que con
cierta periodicidad se han producido
a lo largo de la historia este
tipo de epidemias, pero en realidad
es impredecible.
P.- En cualquier
caso, supongo que
la peor de las gripes
no causaría los estragos
de aquélla de
1918.
R.- Claro que no. Ni siquiera en
el peor de los casos. Han cambiado
mucho las circunstancias. Sigue
sin existir un tratamiento contra
la enfermedad en sí misma,
pero sí que lo hay contra las complicaciones
que, potencialmente,
son capaces de ocasionar la
muerte en algunos pacientes. Y
los cuidados para aquellos casos
en los que no se presentan complicaciones
están hoy mucho más
desarrollados.
P.- La de 1918 fue una de las
peores epidemias de la historia…
R.- Sí. Produjo una mortalidad
terrible. Pero las circunstancias
eran muy especiales. Acaba de
terminar la Primera Guerra Mundial
y las condiciones sociosanitarias
e higiénicas eran muy diferentes.
Por supuesto, en esos momentos
no se hacía tanta
incidencia como hoy en la prevención
de los contagios.
P.- Hablemos, pues, de los sistemas
de vigilancia de la gripe.
R.- La OMS tiene un sistema integrado
de vigilancia de la gripe
que va detectando su paso por los
diferentes países, los cambios en
los virus y su incidencia. De ese
modo, se van realizando análisis
que permiten detectar las mutaciones
del virus e ir preparando
las vacunas. Cada centro de vigilancia
de la OMS va informando
a todo el sistema.
P.- Paralelamente, se habilita
un sistema de vigilancia en
cada Comunidad Autónoma…
R.- En el caso concreto de Baleares,
esta vigilancia se lleva a
cabo en base a las declaraciones
de todos los médicos de las islas
que detectan casos de gripe, y en
particular de 33 ‘médicos centinela’,
distribuidos en diversos centros
de salud del archipiélago y
que desarrollan una vigilancia
con declaraciones semanales, algunas
de las cuales se hacen de
acuerdo a analíticas de tejidos laríngeos.
Gracias a esta red, sabemos
que ahora mismo registramos
en Baleares una incidencia de
43,95 casos por cien mil habitantes,
según los datos recopilados
durante la primera semana de
enero.
P.- No parece una gran incidencia…
R.- No, al menos por el momento.
Varias Comunidades Autónomas
se hallan por encima de esta
tasa. En Madrid, por ejemplo, tenían
esa misma semana 75 casos
por cien mil, en Cataluña 148, y en
Asturias 600. La media española
era la semana pasada de 140 casos
de gripe por cada cien mil habitantes.
Sin embargo, esta dinámica
suele repetirse año tras año,
ya que la epidemia llega antes a la
península que a las Islas.
P.- ¿Cuándo puede hablarse,
formalmente, de epidemia?
R.- Cuando se registran más de
65 casos semanales por cada cien
mil habitantes.
P.-¿Y por qué, como usted
apuntaba, en Baleares la gripe
tarda más en llegar?
R.- Probablemente, se deba a
cuestiones de transmisión, a que,
al encontrarnos en un territorio
insular, los casos que contagian
tardan algo más de tiempo en
contactar. Precisamente a causa
de ese retraso, en Baleares la campaña
de vacunación comienza
siempre una semana después que
en el resto de España.
P.- ¿Cuál es la incidencia que
esperan para este año?
R.- Es difícil saberlo. Habrá que
permanecer atentos al comportamiento
de la epidemia, que ahora
se halla en fase ascendente. El
cometido que debemos llevar a
cabo consiste en extremar las labores
de vigilancia y, en función
de la incidencia que sobrevenga,
disponer de los recursos asistenciales
necesarios. Ya el año pasado
pusimos en marcha el Plan de
Atención Invernal, que en estos
momentos se está revisando. En
la temporada gripal 2007-2008 llegamos
a registrar una incidencia
de 109 casos por cada cien mil habitantes.
P.- Es decir, más que en otros
años…
R.- Sí, y eso se produjo, precisamente,
porque la gente se confío
tras los bajos registros de ejercicios
precedentes y, en consecuencia,
hubo un menor seguimiento
de la campaña de vacunación.
P.- ¿Qué valoración realiza de
la campaña de este año?
R.- Ha sido mejor que la anterior.
Aunque todavía no tenemos
los datos cerrados, creemos que
los resultados son buenos. Hemos
incrementado los sistemas de aviso,
mediante cartas a las personas
que deben vacunarse por pertenecer
a grupos de riesgo, y hemos
recurrido también al envío de
SMS’s.. El objetivo global era alcanzar
el 55 por ciento de la población
general de más de 65 años,
y creo que lo hemos alcanzado.
P.- ¿Produce un gran porcentaje
de mortalidad la gripe en
Baleares?
R.- En realidad, no se trata de
muertes derivadas directamente
de la gripe, sino que se producen
normalmente por problemas asociados,
como infecciones respiratorias
y/o complicaciones cardiovasculares,
descompensaciones
de las enfermedades respiratorias
crónicas, problemas metabólicos
y otras patologías.
P.- En cualquier caso, ¿la gripe
puede producir la muerte?
R.- La gripe es, en si misma, una
enfermedad benigna y autolimitada.
Esto significa que se cura
sola, siempre no se produzcan en
complicaciones, aunque
es muy molesta
para las personas y
ocasiona elevados
costes. Ahora bien,
respondiendo a su
pregunta, no es una
enfermedad mortal.
Solo cuando existen
complicaciones asociadas debemos
empezar a preocuparnos.
P.- ¿Cree que este tiempo tan
poco benigno que estamos soportando,
con temperaturas
muy frías y lluvias abundantes,
influirá de alguna manera
en que la incidencia de la gripe
aumente?
R.- Puede influir, es cierto, pero
más que la incidencia y las complicaciones,
condiciona las defensas
del organismo ante las enfermedades
infecciosas. Estas defensas
pueden disminuir a causa del frío.
P.- La gripe ya está aquí. ¿Qué
medidas de prevención deben
adoptar los ciudadanos?
R.- El principal mensaje es que,
ante la aparición de la sintomatología
inicial, el usuario acuda al
médico de su centro de salud, y
no a los hospitales o las áreas de
Urgencias, que deben reservarse
para los casos más complejos.
P.- Sin embargo, ¿qué instrumentos
tiene a su alcance el
paciente para determinar si su
caso es o no urgente?
R.- Es al médico de familia a
quien le corresponde dictaminarlo.
Por eso le comentaba que, ante
todo, el paciente debe dirigirse al
centro de salud o, si no se halla en
buenas condiciones físicas para
desplazarse al mismo, requerir la
presencia del médico en su domicilio.
Por supuesto, si el facultativo
entiende que ese caso en concreto
requiere el ingreso hospitalario,
este se tramitará de inmediato.
P.- Y por parte de la Conselleria
de Salut, ¿qué medidas de
contingencia están poniendo
en marcha?
R.- El instrumento fundamental
es el Plan de Atención Invernal
al que ya he hecho mención y que
incluye medidas de refuerzo y la
agilización de la atención a los casos
que van llegando, otorgándoles
prioridad respecto a la actividad
habitual. En resumen, se trata
de aumentar el personal
sanitario e introducir criterios de
mayor flexibilidad en las agendas
de los médicos.
P.- Aunque muchas personas
hemos sido víctimas de la gripe
y conocemos por experiencia
propia cómo se
las gasta, recuérdenos
cuáles son sus
síntomas más característicos.
R.- Básicamente, la
fiebre alta, el dolor
muscular y el catarro
de vías altas no muy
intenso. El tratamiento es sintomático,
por lo que se aconseja tomar
analgésicos y antitérmicos. Si
los síntomas más virulentos se
mantienen durante más de tres
o cuatro días y en ese tiempo el
paciente sigue aquejado de fiebre
alta o se producen otros síntomas
o problemas de salud, resulta preciso
que el médico intervenga
para que efectúe su valoración.
P.- ¿Cuáles son las principales
recomendaciones para
afrontar la gripe?
R.- Además de ingerir, como
decía antes, analgésicos y antitérmicos,
es importante consumir
líquidos abundantes y seguir
una dieta suave, sobre todo
a base de hidratos de carbono.
También es fundamental que el
paciente repose, aunque no es
aconsejable permanecer todo el
día en la cama. En la medida de
lo posible, hay que levantarse
unas horas. Y, finalmente, evitar
el contagio. Por eso, las personas
que cuidan a estos enfermos
deben lavarse continuamente
las manos.
P.- ¿Es recomendable recurrir
a los antibióticos?
R.- En realidad, estos medicamentos
no tienen efectos ante la
gripe, ni siquiera ante un catarro
común. Solo son útiles como tratamientos
complementarios a infecciones
añadidas. De todas maneras,
es el médico quien debe determinar
el protocolo terapéutico
en cada caso.
P.- ¿Qué opinión tiene de esos
medicamentos que se anuncian
por la televisión asegurando
mejoras milagrosas
ante la gripe y sus efectos?
R.- Son tratamientos sintomáticos,
que mezclan antitérmicos,
descongestionantes nasales y
analgésicos. Pueden ir bien, pero
creo que resulta más recomendable
recurrir a medicamentos más
simples, como el paracetamol o la
aspirina.