Una técnica pionera para tratar el cáncer de próstata que en Baleares sólo realiza Clínica Juaneda
Uno de cada seis varones padecerá cáncer de próstata a lo largo de su vida. La buena noticia está en su alta tasa de curación, que se sitúa en el 80%. Juaneda, en su apuesta por la calidad ofrece la Braquiterapia Prostática LDR. Una técnica pionera y de última generación para t ratar el Cáncer de Próstata que en Baleares sólo realiza Clínica Juaneda.
El equipo formado por el Dr. Francesc Mestre y la Dra. Marta Casasús, especialistas en Oncología radioterápica que combinan su actividad en la sanidad privada entre el Instituto Oncológico de Policlínica Miramar y la Clínica Juaneda, son los responsables de implementar la Braquiterapia Próstatica LDR. Afirman que se trata de un método de gran efectividad y que cada vez se utiliza más en el tratamiento de pacientes con cáncer de próstata, consiguiéndose una alta tasa de respuestas positivas y con muy baja toxicidad. “La braquiterapia prostática –afirma el Dr. Mestre- es un tratamiento local del cáncer que tiene por objetivo destruir las células tumorales localizadas en la próstata por medio del implante permanente de semillas radiactivas (en nuestro centro utilizamos semillas de Yodo 125). Esta técnica poco invasiva se convierte en la mejor alternativa a las técnicas convencionales como la radioterapia externa o la cirugía laparoscópica”.
Para entender las ventajas de este tratamiento debemos confrontarlo al resto de alternativas terapéuticas. En el momento en que se diagnostica un cáncer de próstata, los especialistas cuentan con tres opciones para abordar la enfermedad: la cirugía, la radioterapia y las terapias de nueva generación y mínimamente invasivas.
Por un lado, la intervención quirúrgica, permite extraer la glándula prostática y analizarla para determinar con exactitud en qué etapa de crecimiento se encuentra el tumor. Esta operación se puede realizar mediante una intervención abierta tradicional, por vía laparoscópica o asistida por robot, siendo la probabilidad de curación así como los efectos sobre la erección y la continencia similares mediante los tres tipos de cirugía.
Por otro lado, en el caso de la radioterapia se puede administrar por vía externa (convencional) o implantando unas semillas radioactivas dentro de la próstata (braquiterapia). Esta última tecnología mínimamente invasiva es la que ofrece, desde hace cuatro años, Clínica Juaneda, como una alternativa más de tratamiento para sus pacientes.
Respecto a la implantación de dicha técnica el Dr. Mestre señala que el desarrollo de nuevas tecnologías ha permitido mejorar progresivamente no sólo la colocación de las semillas radiactivas, sino también la distribución de la dosis de irradiación. Como resultado de todo ello, “la braquiterapia prostática con implante permanente, constituye una opción definitiva de tratamiento en pacientes con un cáncer de próstata clínicamente localizado. A día de hoy, sólo disponible en Clínica Juaneda” afirma el doctor. Respecto a la tipología de pacientes que pueden someterse a una braquiterapia, las recomendaciones las establecen las principales sociedades científicas internacionales; para ello, se centran en el estudio del estadio tumoral, así como del volumen de la próstata. El oncólogo Mestre asegura que la braquiterapia es ideal en los casos de bajo riesgo, normalmente los que se hallan en estadíos tumorales iniciales, muy localizados y pequeños, que presentan niveles de PSA (antígeno prostático específico) en sangre bajos.
El tratamiento consiste en realizar al paciente un mapa tridimensional de la próstata guiado por ecografía, gracias a un software de última generación. En función de ese mapa y a través de unas agujas, se depositan una serie de semillas asegurando una radiación homogénea de la próstata. El Dr. Mestre resalta que con este procedimiento se evita irradiar otros órganos sanos (en este caso fundamentalmente la vejiga y el recto), a la vez que se tiene un control preciso por ecografía del punto exacto donde se está depositando cada una de las semillas y si su ubicación producirá o no, efectos secundarios.
Esta técnica requiere, junto al oncólogo, la presencia en quirófano de un radiofísico que lleve a cabo un cálculo de dosis en tiempo real. Respecto al número de semillas que se implantan en cada uno de los casos, depende del volumen y tamaño de la próstata; cuánto más grande, más semillas se deberán implantar. La media suele rondar entre las 60 y 70 unidades y tienen 1mm de grosor y 3 mm de largo. Estas semillas se encargan a una empresa de Holanda que es la responsable de calibrar la carga radioactiva establecida para cada paciente y enviarlas hasta Mallorca. Su envío se realiza en condiciones de máximas seguridad y su recepción también responde a un protocolo de seguridad aprobado por el Consejo Nacional de Seguridad Nuclear. Se trata de un implante permanente aunque la carga de las semillas va descenciendo hasta que transcurrido un mes y medio, su actividad es nula. Otra de las ventajas es que transcurridas 24 horas el paciente es dado de alta y puede realizar vida normal. Para finalizar, el consejo del oncólogo Francisco Mestre no da lugar a dudas: “siempre que se pueda realizar una técnica menos invasiva a igualdad de resultados, la decisión es clara”. Mientras, la Asociación Española de Urología (AEU) recuerda que: el cáncer de próstata sigue matando a mucha gente y, hasta hace relativamente poco, unos 20 años, el tumor se diagnosticaba en un 70% de los casos en fase muy avanzada, diseminada y metastásica, situación en la que ya sólo se podían aplicar terapias con finalidad paliativa. Hoy, gracias a su detección precoz, tiene un 80% de posibilidades de curación. Por eso, si tiene menos de 50 años o antecedentes familiares y tiene molestias o dificultades a la hora de orinar o presencia de sangre en la orina… consulte con un especialista. En España se diagnostican cada año alrededor de 83 nuevos casos por cada 100.000 varones. Los expertos indican que las dietas hipercalóricas, la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo están asociados con este tumor, el más frecuente en el varón de más de 50 años, y el segundo como causa de muerte, por detrás del de pulmón. Se estima que en España mueren cerca de 6.000 personas por cáncer de próstata al año.