El Doctor Gerardo de Kesserü, ginecólogo en el Instituto Balear de Infertilidad, lleva más de 15 años trabajando en el campo de la reproducción humana. A su formación especializada cabe añadir una amplia experiencia internacional que incluye un posgrado en Londres. Como experto, aclara nuestras dudas.
P. Doctor Kesserü, en condiciones normales ¿cuál es la probabilidad de embarazo?
R. La especie humana posee una baja capacidad reproductiva (fecundabilidad). La tasa de embarazo es de entre un 20 y un 25% mensual y de un 72% a los seis meses, llegando al 85% a lo largo de un año de búsqueda y al 93 % a los dos años de relaciones sexuales no protegidas.
P. ¿Qué consideraríamos esterilidad, entonces?
R. Definimos la esterilidad como la incapacidad de una pareja para la concepción natural en el plazo de un año. Pasado este tiempo, se puede empezar a sospechar de la existencia de alguna alteración. En caso de edades más avanzadas (desde el punto de vista reproductivo podríamos considerar alrededor de 35 años), se recomienda consultar al especialista después de transcurridos seis meses de relaciones sexuales.
P. ¿Cuál es la diferencia entre esterilidad e infertilidad?
R.- En nuestro medio, se habla de esterilidad cuando hay dificultad para lograr el embarazo y de infertilidad cuando nos encontramos ante la imposibilidad de llevar el embarazo a término. De esta manera, en la pareja infértil la mujer queda embarazada, pero después aborta.
P. ¿Cuál es la prevalencia de la esterilidad en la población?
R. Aproximadamente una de cada 6 parejas en edad fértil (el 16%) se verá afectada de esterilidad. Estos porcentajes conciernen a mujeres menores de 35 años. A partir de esa edad, el potencial reproductivo disminuye y superados los 40 años, la posibilidad de embarazo por mes es menor del 10%. En un 40% de las parejas estériles, la causa está en la mujer; en un 40% está en el hombre y en el 20% restante de los casos, se trata de infertilidad masculina y femeniana (mixta).
P. ¿Cuáles son los factores de riesgo de esterilidad en la mujer?
R. Entre los más destacables tenemos: endometriosis; problemas ovulatorios; enfermedad inflamatoria pélvica; miomas; obstrucción tubárica; enfermedades de transmisión sexual, como chlamydia o gonorrea; menstruaciones dolorosas o irregulares y la cirugía pélvica o abdominal. No debemos olvidar las enfermedades crónicas –como diabetes, cáncer, enfermedad del tiroides, asma o depresión–, ni la ingesta de medicamentos, como algunos esteroides o antidepresivos. También tendremos en cuenta si la paciente tiene sobrepeso o si, por el contrario, su peso es demasiado bajo.
P. ¿Y en el hombre?
R. Entre los factores de riesgo en el hombre están las enfermedades de transmisión sexual, como chamydia o gonorrea; haber padecido paperas después de la pubertad, o enfermedades crónicas, como diabetes, cáncer, asma, enfermedad del tiroides o depresión; los tumores testiculares; la criptorquidia: detención del testículo en su trayectoria descendente (abdomen, ingle, etc.)… También cabe considerar la toma de determinados medicamentos, como algunos esteroides o antidepresivos. Un aspecto a tener en cuenta es el uso de la bicicleta. El ciclismo es sumamente saludable, y recomendable, sin embargo el hecho de montar en bicicleta muy frecuentemente, y largas distancias, puede constituir un factor de riesgo de esterilidad en el hombre.
P. ¿Qué pruebas se realizan a las parejas con problemas de esterilidad?
R. Las pruebas para determinar la esterilidad incluyen una historia clínica y un examen físico completo de ambos miembros de la pareja. En el caso concreto de la mujer, las pruebas básicas son el estudio hormonal basal, la ecografía y la histerosalpingografía (radiografía del útero y las trompas), aunque el abanico puede ampliarse en función de las características de la paciente. Para completar el diagnóstico será necesario valorar la calidad del semen del hombre, mediante un seminograma (o espermiograma).
P. ¿Qué pueden hacer las mujeres jóvenes que tienen que someterse a agresivos tratamientos contra el cáncer para poder tener hijos una vez superada la enfermedad?
R. Existen diferentes técnicas de preservación de la fertilidad. La vitrificación de ovocitos permite a las mujeres en esta situación posponer su capacidad reproductiva para cuando se recuperen de la enfermedad, con las mismas posibilidades de embarazo que en el momento en que se vitrificaron sus óvulos. La criopreservación de óvulos también permite a las mujeres jóvenes postergar la maternidad, dado que podrán utilizar sus ovocitos en el momento deseado. Tenemos, por tanto, dos tipos de indicaciones: Las pacientes con riesgo de pérdida de la función ovárica y pacientes que recurren a estos tratamientos por motivos sociales. Entre las primeras están las pacientes diagnosticadas de cáncer que van a recibir tratamiento con quimio o radioterapia; mujeres con enfermedades autoinmunes que precisan quimioterapia; mujeres que van a recibir trasplantes de médula ósea o mujeres con riesgo de cirugía ovárica repetida, como la endometriosis. Por otro lado, sin indicación médica o por causas sociales, muchas mujeres deciden postergar su maternidad por diversas razones o porque sus circunstancias económicas o laborales se lo exigen. Por descontado, existen también técnicas de preservación de la fertilidad para el hombre.
P. ¿Cuáles son los últimos avances en relación a los tratamientos existentes?
R. Además de las técnicas de preservación de la fertilidad mencionadas anteriormente, en IBILAB estamos en disposición de ofrecer al paciente la tecnología más avanzada. En este sentido, tenemos el privilegio de ser de las pocas clínicas de reproducción asistida, y los únicos en Baleares, en disponer del Embryoscope. Desde hace años, nos valemos de esta tecnología que evita la manipulación del embrión fuera de la incubadora, aumentando las posibilidades de embarazo. Cabe mencionar también el DGP (Diagnóstico Genético Preimplantacional). Sirve para diagnosticar las alteraciones genéticas y cromosómicas en los embriones, antes de su implantación. Esta técnica se emplea en casos muy específicos, para que los hijos de pacientes con riesgo de transmitir determinadas enfermedades hereditarias nazcan libres de la amenaza de la enfermedad en cuestión.
P. ¿Que nos puede decir como conclusión?
R. Destacaría que la esterilidad es un problema muy común en el mundo occidental. Si analizamos el momento en que las parejas comienzan a buscar el primer hijo, podemos observar un retraso en la edad, tanto de la mujer como del hombre. El principal factor relacionado con el aumento de la frecuencia de la esterilidad en nuestra sociedad es el aumento en la edad de la mujer. Si bien es cierto que esto también ocurre en el hombre, la edad del varón tiene una influencia menos marcada.