Ramón Arroyo está diagnosticado de Esclerosis Múltiple desde el año 2004. Desde 2008 practica deporte habitualmente, habiendo realizado hasta la fechas entre otras, múltiples carreras de 10 Km, Medias Maratones y Maratones. Compaginando esta actividad participa en pruebas de triatlón en diferentes distancias hasta la distancia IronMan que alcanzó con éxito en 2013 en Barcelona tras meses de esfuerzo, compaginándolo con su vida familiar y profesional. Esta prueba de larga distancia, consiste en realizar 3.800 m de natación en aguas abiertas, 180 Km en bicicleta de carretera y concluir con una carrera a pie que cubra la distancia de la Maratón. Esta disciplina está considerada como una de las pruebas más duras del mundo deportivo y en la actualidad sólo 4 personas afectadas de Esclerosis Múltiple han sido capaces de realizarla con éxito, entre los que está Ramón Arroyo.
El protagonista de esta historia pasó cuatro años de tormentos, de darle la espalda a los tratamientos, de no querer reconocer lo que tenía. Hasta que una noche de insomnio, al comprobar que no podía agarrar a su hijo recién nacido, decidió que había que salir del pozo antes de que éste se lo tragara. Su salida fue empezar a hacer deporte, primero con la bici estática en casa y luego probando a correr en la calle. Como dice él: «Un médico me dijo que no podría recorrer ni 200 metros así que fue lo primero que me propuse. Sufrí pero los acabé completando». Cuando empezó a correr sólo quería fortalecer sus músculos, intentar estar preparado para hacer frente de la mejor manera posible a la esclerosis múltiple que le habían diagnosticado años atrás y a la que hasta entonces había intentado negar. Fue superando barreras y distancias hasta que un día, buscando por Internet, se encontró una triatlón en Barcelona con una categoría para gente con EM (Challenge Barcelona Maresme). Se animó, se compró una bici, se sacó el carnet de la piscina y se lanzó literalmente a ella.
Fue una prueba extremadamente complicada para él, pero también para su mujer y sus padres, que vivieron con angustia el desarrollo de la triatlón. Cuando cruzó la meta, su historia era ya un modelo de superación que ahora refleja la película 100 metros. Su activa práctica deportiva ha supuesto en opinión de sus médicos, psicoterapeutas y fisioterapeutas un pilar fundamental en la recuperación y del nivel de calidad de vida de la que disfruta en la actualidad. En la actualidad sigue en tratamiento y está libre de brotes.
Ramón quiere compartir su experiencia. «Mi reto es informar y arropar a la gente con Esclerosis Múltiple. El deporte no cura pero cuando estás sano y fuerte te recuperas mejor de los ataques». «Tengo claro que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos, los que nos ponemos la barrera. No podemos esperar a que alguien nos saque las castañas del fuego. No va a suceder ». Porque #RendirseNoEsUnaOpción.