Las fiestas navideñas son una época llena de gratos momentos y encuentros con familiares y amigos, normalmente alrededor de una mesa.
Las comidas típicas de esta época del año son especialmente calóricas: grasas, salsas, dulces, azúcares, y, para rematar, un poco de alcohol.
Las Navidades son la época en que más se suele aumentar de peso. Según apuntan diversos estudios, podemos llegar a engordar una media de tres quilos al finalizar estos días, sin embargo, es posible superar las comidas y cenas sin que la báscula lo note demasiado, siempre que sigamos los consejos que nos ofrece Cati Neus Abraham, Experta en Dietética y Nutrición de Hospital de Llevant.
Los días previos
El problema no son solamente las comidas navideñas. Ya desde principios de mes, solemos tener compromisos de trabajo o con amigos para celebrar estas fechas que suelen pasarse más en familia. Así pues, “si no queremos aumentar mucho de peso es importante intentar comer moderadamente en estos encuentros previos a las fiestas y optar por platos ligeros”, explica Cati Neus. Además, añade, “es recomendable salir de casa con algo en el estómago para evitar atracones. Comer un yogur o una pieza de fruta nos ayudará a evitar el hambre voraz que nos puede hacer picar”.
Otra de las claves a tener en cuenta estos días previos es evitar hacer pruebas culinarias, “si probamos los platos que cocinaremos durante las fiestas nos veremos obligados a comerlos y la ración de calorías será doble”, aconseja la Experta en Dietética y Nutrición de Hospital de Llevant.
También nos recomienda “evitar comprar con demasiada antelación muchos de los manjares típicos de esta época: turrones, polvorones, dulces,…
Ya que si los tenemos en casa durante mucho tiempo es más probable que caigamos en la tentación de probarlos antes de hora”.
Durante las fiestas
«Las Navidades no tienen por qué ser una época de restricciones. Con moderación, se pueden tomar todos esos alimentos que tanto gustan siempre siguiendo unas pautas” apunta Cati Neus Abraham.
No saltarse ninguna comida y compensar. Es imprescindible seguir las cinco ingestas diarias para mantener el metabolismo activo y evitar la sensación de ansiedad que nos llevará a comer más cantidad. También es bueno compensar, por ejemplo, si sabemos que la comida de Navidad será abundante, podemos preparar una cena más ligera.
Mantener una buena hidratación. Para depurar el organismo y limpiarlo de toxinas y excesos, es conveniente beber mucha agua, infusiones y caldos durante las fiestas. Esto ayudará a eliminar los excesos de alcohol. También se aconseja tomar mucho líquido antes y después de las comidas copiosas.
Comer con moderación, es decir, no repetir y no pasarse con las cantidades. Se puede comer primero, segundo y postre, pero controlando las raciones.
El agua, la mejor bebida. Pues eso, reducir el alcohol y las bebidas gaseosas y optar por el agua es la mejor forma de equilibrar la balanza.
No olvidar las ensaladas y la fruta. En la comida de Navidad, en la cena de Año Nuevo y otras comilonas, hay que asegurarse de que no falte una buena ensalada en la mesa. Si la comemos como guarnición disminuiremos el consumo de calorías. Y de postre, antes de los dulces, un poco de fruta. Nos ayudará a estar más saciados cuando lleguen los esperados dulces.
Aprovechar el tiempo libre para hacer ejercicio.
Estos días, los horarios de trabajo son más reducidos y mucha gente tiene vacaciones. No se trata de hacer un ejercicio intenso, pero se puede aprovechar el tiempo libre para salir a caminar, hacer la compra andando o ir en bici.
Vuelta a la normalidad
“Después de las fiestas también corremos peligro de seguir aumentando de peso ya que es habitual acabarse las sobras” explica la Experta en Dietética y Nutrición de Hospital de Llevant.
“Continuamos comiendo los dulces típicos de esta época y los restos de las comidas que hemos preparado”, añade. Así pues, “lo mejor es no cocinar en exceso y comprar en función de lo que se vaya a consumir”, aconseja.
Además, “hay que intentar volver a la rutina de forma paulatina e incorporando actividades que nos hagan sentir bien, ya que volver a la normalidad nos puede provocar el síndrome pos vacacional: falta de energía, cansancio, desilusión,…
Estas sensaciones nos pueden llevar a comer más para mitigarlas”, explica la experta y recomienda “realizar actividades con las que estemos cómodos y que nos ayuden a recuperar la figura que teníamos antes de los excesos, como realizar ejercicio o realizar algún tratamiento de belleza y estética para vernos mejor y ayudar a que nuestro esfuerzo sea más efectivo”, concluye.